CONTRAPORTADA

Desde que el hombre tuvo conciencia de sí mismo y de lo que lo rodeaba ha quedado sorprendido de la magnificencia del cielo nocturno, con sus miles de estrellas titilando como pequeños puntos de luz distantes y, al parecer, fríos.

Semejante a las remotas estrellas, aunque cercano a nosotros, nuestro Sol recibió un trato diferente. Pese a que ignoraba que era una estrella el hombre intuyó, de alguna manera, que el Sol era la fuente principal de energía de la Tierra y, en este papel, se le divinizó. Más tarde, la historia de la relación entre el Sol y la ciencia puede traducirse en una serie de minimizaciones: el Sol fue primero el centro de todo el Universo; pasó después a ser sólo el centro del Sistema Solar y, a la vez, de nuestra galaxia. Luego los cambios se aceleraron: en realidad el Sol se halla en uno de los brazos de la galaxia, más próximo a uno de sus extremos que al centro; su tamaño es el de una estrella menos que mediana y, aún peor, ni siquiera nuestra galaxia es única pues una infinidad de ellas se extiende por todos los confines de un Cosmos del que no se sabe a ciencia cierta sí tiene algún centro, y las distancias siderales e intergalácticas son tales que deben ser medidas en unidades llamadas años-luz (la distancia que recorre la luz en un año).

En las páginas de Encuentro con una estrella Silvia Bravo no sólo reivindica la importancia que el Sol tiene para nosotros sino que resume también el estado actual de los conocimientos que se tienen sobre nuestra estrella, desde aquellos observados en la Antigüedad, como las manchas solares, a los obtenidos mediante el uso de la tecnología más avanzada: la existencia del viento solar; la concepción del Sol como un horno atómico gigantesco; su expansión y contracción regular, como un corazón que late y, finalmente, las hipótesis sobre su nacimiento y su futura extinción (por fortuna aún muy remota). Todos estos temas son explicados en forma clara y amena, de manera que se leen con interés creciente.

Silvia Bravo estudió física teórica y física experimental en la UNAM, donde posteriormente se doctoró en física espacial, con una investigación realizada en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Es investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, así como de asociaciones científicas internacionales. Es autora de un gran número de trabajos de investigación y de artículos y libros de divulgación científica.

Diseño: Carlos Haces