PREFACIO

Nuestra intención al escribir este libro ha sido presentar al lector no familiarizado con temas astronómicos una semblanza del largo, y a veces peligroso, proceso que ha llevado al hombre a comprender cuál es el lugar que la Tierra ocupa a escala cósmica. Con ese fin hemos tratado de reunir en forma sintética aquellas ideas cosmogónicas consideradas como las más representativas o de mayor importancia en la ya extensa historia de la humanidad. Ideas que a su vez nos sirven para ilustrar cómo el hombre ha ido ampliando la visión del mundo físico en el que está inmerso.

Se han recalcado los aspectos teóricos y observacionales que durante los últimos 300 años han permitido establecer la forma, composición, edad y estructura de ese gigantesco conglomerado formado por miles de millones de estrellas, gas, polvo y radiación al que ahora llamamos Galaxia. Palabra de origen griego que significa leche, y que seguimos utilizando en recuerdo de los mitos de los antiguos moradores de la Hélade, quienes creyeron que la franja luminosa de aspecto nebuloso y blanquecino que se observa en las noches oscuras del verano cruzando el cielo, había sido producida por leche surgida del pecho divino de Hera.

Este no es un libro sobre cosmología ni de las teorías relativas al origen y evolución del Universo. Tampoco pretende ser una historia de la astronomía, ni trata del cómo ni del cuándo se formó nuestra galaxia, sólo intenta mostrar que gracias al desarrollo siempre ascendente de la ciencia, muchas veces propiciado por la investigación astronómica, el ser humano ha descubierto y tomado conciencia del lugar que ocupa nuestro planeta en el contexto cósmico.