EPÍLOGO

Cuando un libro comienza con un prólogo, debe terminar con un epílogo. Si no, sería como entrar a una casa saludando para después salir sin despedirse. Sin embargo, en este epílogo ya no queda mucho más que decir. Sólo esperamos que el breve y, necesariamente, incompleto y superficial tratamiento que se ha hecho de los plasmas en este libro sirva de incentivo para estudiarlo con más profundidad. Todavía no se entiende bien al plasma, y aunque los plasmas de laboratorio (que no hemos tratado aquí) tienen ya una larga y sólida trayectoria, el estudio de los plasmas espaciales está aún en su infancia. Hace menos de una década que empezaron a combinarse los datos de los observatorios en órbita que ven otras luces, los de los radiotelescopios en tierra y los datos de las sondas espaciales que han viajado a muy diversas regiones del Sistema Solar para ir estructurando una imagen coherente de los plasmas espaciales. Como Galileo con su telescopio, hemos empezado a ver cosas que nunca antes habíamos visto y que a veces nos resultan desconcertantes.

La mayoría de los libros acerca del Universo, de los artículos de las revistas y periódicos y casi todos los libros de texto sobre astrofísica prestan aún muy poca atención a la física del plasma. Pero ya no se puede negar que el 99% de la materia que constituye el Universo se encuentra en estado de plasma y que el comportamiento de éste es muy diferente a lo que habíamos pensado antes en relación con los gases cósmicos. No nos queda más remedio que esforzarnos en conocerlo mejor. Es necesario lograr una clara conexión entre la física de plasmas en el laboratorio y los plasmas astrofísicos con el propósito de unificar nuestra investigación a lo largo de muchos órdenes de magnitud, desde los microsistemas celulares en los plasmas aquí en la Tierra hasta las enormes parcelas en las que está estructurado el Universo.

Hoy resulta evidente que, para entender al Universo, no sólo debemos conocer las leyes gravitacionales sino también las que gobiernan el comportamiento electromagnético del plasma. Un número cada vez mayor de astrofísicos está siendo impulsado a observar con mayor profundidad el plasma; y conforme con los nuevos datos, se desarrollan nuevas tecnologías para manipularlos. Si bien la tarea no es fácil, es seguro que nuestros esfuerzos serán recompensados con gran cantidad de enriquecedoras novedades.