IV. LOS TELESCOPIOS TERRESTRES

UN TELESCOPIO terrestre se diferencia de uno astronómico fundamentalmente en que la imagen debe ser erecta, y segundo, en el tipo de montura, que casi siempre es altazimut, o bien no la tiene de ningún tipo. La imagen que produce el objetivo está invertida, por lo que debe incluirse algún dispositivo a base de prismas o lentes para enderezar la imagen, como veremos ahora.

EL ANTEOJO DE LARGA VISTA

De Rheita (1597-1660), monje capuchino, en Amberes, diseñó el ocular terrestre que se muestra en la figura 38, y más tarde fue perfeccionado por Dollond. Dos lentes de la misma distancia focal están separados por una distancia igual a vez y media la distancia focal de cualquiera de ellas.

Figura 38. Telescopio terrestre con un par inversor.

La imagen real que forma el objetivo está colocada al frente de la primera lente, a una distancia igual a la mitad de su distancia focal, por lo que la imagen real que forma este sistema está a la derecha de la segunda lente, a 5.3 de su distancia focal. Entonces, se puede demostrar que la amplificación de este sistema es entonces igual a - 4/3.

Este tipo de sistema erector tiene dos desventajas. Una es que el telescopio completo es muy largo, aunque esto queda parcialmente compensado por la amplificación del sistema erector. La segunda desventaja es que se introducen algunas aberraciones que deterioran un poco la calidad de la imagen. Este era el sistema erector más popular durante el siglo pasado y principios de éste.

TELESCOPIOS CON PRISMAS

El método más popular ahora para orientar correctamente la imagen en los telescopios es por medio de prismas. Son varios los sistemas de prismas que se usan, pero sin duda los más populares son los que usan los prismas Porro, inventados en Francia por M. Porro, que se muestran en la figura 39.

Figura 39. Telescopio con un sistema inversor de prismas Porro.

Otro sistema a base de prismas, menos común, pero de mayor calidad, usa el prisma de Schmidt-Pechan, que se ilustra en la figura 40(a). Este prisma hace mucho más compacto el telescopio, y no desvía el eje óptico, como se muestra en la figura 40(b).

 

Figura 40. Telescopio terrestre con prismas Schmidt-Pechan.

Los binoculares de este tipo tienen aberturas entre 2 y 8 centímetros y amplificaciones entre 5 y 30. Esto se especifica por medio de dos cifras separadas por un signo X, donde la primera cifra es la amplificación y la segunda es la amplificación en milímetros. Por ejemplo, unos binoculares 7 x 30 tienen una amplificación de 7 y una abertura de 30 mm.

ANTEOJOS GALILEANOS

El sistema galileano es muy popular en binoculares compactos y económicos que no requieren mucha amplificación. La amplificación raramente es mayor de 5 X. Entre las aplicaciones más importantes se encuentran los binoculares para teatro o deportes y los anteojos para débiles visuales que se muestran en la figura 41.

Figura 41. Anteojos galileanos para débiles visuales, construidos en el Centro de Investigaciones en Óptica, A. C., León, Gto.

Estos anteojos para débiles visuales los usan personas cuya definición visual está seriamente limitada por problemas en la retina del ojo. El problema no es entonces de enfoque de la imagen, o sea de refracción, por lo que la única solución aceptable es aumentar la magnitud de la imagen por medio de estos telescopios.