PREFACIO

Es muy difícil concebir un escenario de la vida urbana o rural donde no haya al menos un objeto de acero. Hay piezas de acero en nuestra ropa, en nuestras casas, en las calles y en el campo. Y no son pocas. Si alguien me pidiera hacer un libro sobre los metales, donde el número de páginas asignado a cada aleación fuera proporcional al volumen total producido, más del 95% tendría que referirse a los aceros. Aun si se incluyera al resto de los materiales que empleamos, como los cerámicos, los polímeros, las maderas, etc., la presencia del acero tendría que ser grande.

La ciencia de los metales es muy especializada y suele alejar de los textos a los lectores que sólo buscan ampliar su cultura. Esto es una lástima porque la batalla que ha dado la humanidad por la producción y el aprovechamiento de los metales en su beneficio es una parte muy importante de nuestra reserva cultural.

Al escribir el presente libro hice un esfuerzo por presentar de una manera sencilla una visión sobre la cultura del acero. Para no caer en la superficialidad buscando la sencillez, traté de abarcar un número reducido de aspectos del acero profundizando lo más posible en ellos.

No distraigo más la atención del lector y le deseo que su esfuerzo de lectura sea provechoso.