PRÓLOGO

En la escala de nuestra percepción difícilmente podemos notar los cambios del paisaje en el tiempo. La función de los procesos naturales de la Tierra es tan grande comparada con los tiempos sobre los cuales podemos observarlos que sólo con técnicas especiales podemos medirlos. Si pudiéramos extender nuestra capacidad de percepción a lo largo del tiempo de tal manera que consiguiéramos observar a nuestro planeta sobre miles o millones de años, nos sorprendería ver la forma dinámica en que evoluciona. Podríamos ver cómo crecen los continentes mientras se desplazan o cómo grandes extensiones suben hasta varios kilómetros de altura mientras que otras descienden por debajo del nivel de los océanos. Nos preguntaríamos entonces sobre el origen y naturaleza de esos movimientos.

Si además fuéramos capaces de extender nuestras capacidades perceptivas no sólo a lo largo del tiempo, sino también hacia el interior de la Tierra, podríamos obtener evidencias de que muchos de los cambios ocurridos en la superficie son un reflejo de procesos que transcurren en las profundidades del planeta.

De cierta manera, las ciencias de la Tierra, principalmente a través de la geofísica y de la geología, nos proveen de esa capacidad de extender nuestra percepción hacia el remoto pasado y hacia las partes internas de la Tierra. Así ha sido posible comprender que este planeta, como otros, ha ido evolucionando desde el momento de su formación y que esa evolución obedece ciertas reglas y principios que rigen a otros procesos que podemos estudiar de forma directa; esto es, las leyes de la física.

Bajo este tipo de consideraciones es posible concebir a la Tierra como un sistema donde complejos procesos se pueden idealizar, como un transporte de calor que se traduce en movimiento; es decir, una máquina térmica. Al estudiar entonces los procesos de transporte de calor desde el interior hacia la superficie podremos comprender mejor la naturaleza de la dinámica que marca la evolución planetaria. De allí la importancia de enfocar los aspectos térmicos de la Tierra.

El texto El calor de la tierra presenta algunos de los temas fundamentales del transporte de energía tanto a escala global como en niveles de mayor detalle. Es por tanto lectura de interés para los que quieren conocer mejor a la Tierra y su evolución.

SERVANDO DE LA CRUZ REYNA