V. CONCLUSIONES

LAS contribuciones de la percepción remota en la evaluación de los recursos naturales dependen de la simplicidad o complejidad del recurso bajo estudio y del tipo de medidas o contribuciones que el sensor remoto pueda realizar. En el extremo de la simplicidad pueden encontrarse situaciones que involucran a un solo objeto de fácil detección y evaluación, como lo son la identificación de hielo marino, la evaluación de áreas inundadas o las porciones de un bosque devastado por un incendio. Por el otro lado, en el extremo de la complejidad, se encuentra el análisis de todo un sistema relacionado con un recurso natural, como lo es la prospección petrolera y minera, o la inferencia de cuerpos de agua subterránea, las que emplean contribuciones de varios tipos de sensores aerotransportados y satelitarios, que utilizan medidas y muestreos en campos, que requieren del modelaje físico y matemático del sistema geofísico que caracteriza la presencia de tales recursos, que manipulan una gran cantidad de datos por medio de computadora y requieren de técnicas refinadas de la teoría estadística. Entre estos extremos se encuentran una gran variedad de aplicaciones de la percepción remota. Hasta ahora, la mayoría de las aplicaciones se han concentrado principalmente en el extremo de las situaciones simples.

Esto es razonable, pues siempre es más fácil la implantación de tareas sencillas relacionadas con evaluaciones simples de un recurso natural específico, además de que de ellas se obtienen resultados directos y explícitos de fácil interpretación. Por otro lado, algunas de las aplicaciones de la percepción remota se encuentran aún en etapa exploratoria, por lo que es natural que se escojan sistemas físicos de fácil observación; éste es el caso de la evaluación de algunos cultivos agrícolas, en donde se estudia la interacción de la radiación solar con el área foliar para fines de estimación de biomasa y producción de cosechas.

La aplicación de la percepción remota como parte de un sistema complejo e integrado de captura extensa de datos acerca de varios parámetros físicos, del modelaje, de la administración de proyectos y de la predicción de resultados, constituye una herramienta valiosa que demanda de una alta especialización científica; éste es el caso de la geohidrología, donde la conjugación de muchos elementos permite la explotación racional del recurso agua tan necesario en nuestro país. Para atacar problemas complejos se requiere de extensiva investigación y desarrollo de nuevos métodos y técnicas; cuando un conjunto de metas bien definidas son alcanzadas, entonces el nuevo sistema integrado de datos teleobservados puede modificar significativamente, o incluso reemplazar, los procedimientos existentes en una aplicación dada. En aquellos países del mundo desarrollado con establecimientos científicos y estructuras institucionales efectivas, o en aquellos capaces de integrar esfuerzos a nivel regional, estarán capacitados para absorber la alta tecnología que implica la moderna ciencia de la percepción remota, con fines de evaluación total de los recursos existentes para la planeación del desarrollo socioeconómico. En países en vías de desarrollo, como lo es el nuestro, un considerable esfuerzo tendrá que ser invertido para la creación de los recursos técnicos y humanos necesarios para la adopción de la percepción remota en las tareas de estudio y análisis de los recursos naturales y de las estructuras del soporte en general del país. Para lograr esto es necesaria la cuidadosa selección que ofrecen los diferentes aspectos del desarrollo tecnológico de la percepción remota. Esta moderna ciencia está en rápida expansión, por lo que la formación de jóvenes científicos y el establecimiento de los laboratorios adecuados para el procesamiento de imágenes multiespectrales, en combinación con los datos de campo, deben hacerse no sólo rápida sino también sólidamente y no por la vía de la apariencia. En general puede decirse que la percepción remota es una ciencia moderna de gran potencial y dinamismo, que no debe descuidarse. Hay que tener reservas, sin embargo, ya que es frecuente la idea de que la prospección de los recursos del planeta desde el espacio tiene algo de mágico, o que puede llegar a resolver en forma autosuficiente los problemas que se resuelven hasta ahora por métodos tradicionales. En su justa dimensión, la percepción remota es una herramienta cuantitativa que facilita la interpretación y la elaboración de modelos ambientales predictivos y que por tanto coadyuva en el proceso de planeación socioeconómica.

Hemos podido observar últimamente una serie de espectaculares aplicaciones de la percepción remota cuando un conjunto de sondas espaciales nos ha hecho llegar imágenes de todo el sistema solar, incluyendo el famoso cometa Halley. Hemos apreciado lo insospechado de la estructura de este sistema, además de la extraña apariencia de los satélites que orbitan los planetas gigantes; las imágenes enviadas por dichas sondas han aportado muchos millones más de datos de los que se habían recolectado por los telescopios y estaciones terrenas; muchas incógnitas han sido despejadas, pero otras han surgido, llamando a la necesidad de más sondas y más datos. Todo esto ha ayudado enormemente a la comprensión de la creación y evolución del sistema solar y en particular nos ha permitido entender con más detalle la estructura de nuestro planeta. Otras muchas aplicaciones de la percepción remota han posibilitado al hombre la observación de sus mismas partes internas, como el estómago, el intestino, el corazón y los pulmones. Se han obtenido imágenes de la extraordinaria evolución del ser humano desde la concepción hasta el alumbramiento del feto, y ahora hasta es factible la evaluación cuantitativa de diversos tejidos del cuerpo humano, como el cerebro y los huesos, esto sin la destrucción de dichos tejidos, pues la percepción remota permite crear imágenes de diferentes secciones del cerebro (tomografías) al detectar la radiación corpuscular que proviene de elementos radiactivos inyectados al sujeto bajo estudio. También los sensores modernos detectan los rayos X, creando sin necesidad de placas fotográficas, radiografías de alta calidad procesables por computadora. Una serie de áreas del desarrollo industrial también se benefician de la percepción remota al poder detectar los defectos o fisuras internas de diferentes componentes de maquinarias y herramientas. La percepción remota encontrará, confiamos y esperamos, un lugar adecuado en el espacio de las ciencias. Como cualquier disciplina nueva, la percepción remota demanda de científicos y profesionales dedicados a la difícil e ingrata tarea de convencer a los demás de la seriedad y valor de las ideas que involucran esta moderna ciencia; pensamos que este trabajo es una aportación a dicha tarea.