INTRODUCCIÓN

En 1988 publiqué en esta colección un bosquejo de la geomorfología, La superficie de la Tierra. Un vistazo a un mundo cambiante (núm. 54). En este segundo libro intento complementar los temas tratados en el anterior analizando, ahora, los cambios permanentes en la superficie terrestre, la evolución de las ideas geológicas, los riesgos y catástrofes, los mapas y el relieve mexicano, temas que se presentan por separado, pero todos en estrecha correlación.

El capítulo inicial trata sobre los cambios permanentes del relieve terrestre, analizando los conceptos básicos—-en forma resumida— de los procesos modificadores actuales.

El segundo capítulo se refiere a la evolución de las ideas geológicas; el tercero toca el tema de moda en las geociencias durante la década de los años ochenta, los procesos naturales de tipo catastrófico que contribuyen a la transformación de la superficie terrestre.

Los mapas, considerados de manera esquemática a lo largo de la historia, así como su importancia actual y futura, constituyen el contenido del cuarto capítulo. Finalmente, en el quinto se consideran los rasgos y procesos más destacados del relieve mexicano.

El planeta Tierra no acaba de ser conocido por el hombre. Cuestiones como los rasgos físicos, sobre todo de los fondos oceánicos, siguen enriqueciendo la bibliografía científica; pero también se sabe cada vez más sobre los procesos actuantes en la hidrosfera, la atmósfera y la litosfera.

En la historia de la geología se han producido descubrimientos o teorías que significaron un cambio revolucionario en el conocimiento de la Tierra. Han sido épocas en que la atención de los especialistas se volcó hacia un tema determinado, lo que dio origen a numerosos estudios al respecto, generándose ideas y posiciones radicales con relación a determinados conceptos. Afortunadamente nada es eterno, y el tiempo —cada vez más breve— se encarga de poner las cosas en su lugar.

La geología inició su desarrollo cuando el hombre empezó a no hacer caso de las leyendas bíblicas y buscó la explicación de la historia de la Tierra en la naturaleza misma: los materiales que la componen, su disposición, las formas de la superficie terrestre y los procesos que en ella actúan. Por siglos, el mito del diluvio universal explicó muchas dudas de los estudiosos de la naturaleza: lo mismo la presencia de fósiles marinos en las montañas que la existencia de lagos en los continentes. En las épocas que precedieron al establecimiento de la geología, los naturalistas fueron neptunistas, plutonistas y catastrofistas. Finalmente se convirtieron en evolucionistas.

Para explicar el origen de los continentes y de sus sistemas montañosos, así como el de los océanos, se formularon varias teorías desde mediados del siglo XIX: la del geosinclinal, la de la contracción de la Tierra por pérdida de calor, la isostasia y finalmente, la de la tectónica de placas a fines de los años sesenta; uno de los conceptos más revolucionarios y avanzados.

Desde la década de los años ochenta adquirió un interés especial el estudio de posibles fenómenos catastróficos ocurridos en el pasado geológico, distintos de cualquiera de los conocidos a través de la historia.

El estudio de rasgos determinados del relieve de la Tierra, de las rocas y los fósiles ha conducido a la elaboración de teorías novedosas sobre procesos catastróficos que modificaron sustancialmente la superficie y provocaron extinciones masivas de especies vivientes. Mas hay que tomar en cuenta las opiniones fundamentadas de algunos investigadores, ya que fácilmente pueden confundirse con la ciencia ficción.

Las obras de divulgación en lengua española sobre temas geológicos han ido en aumento en los últimos treinta años. Generalmente han sido traducciones del inglés y francés. En la década de los años sesenta predominaron las publicaciones orientadas a una exposición general de la Tierra: su estructura, los materiales que la constituyen, su historia de miles de millones de años. La década siguiente fue de la tectónica de placas: la mayor parte de los libros de divulgación geológica tratan este tema. Finalmente, en la penúltima década del siglo se ha dado una enorme importancia a los fenómenos catastróficos ocurridos en el pasado geológico y también a los actuales.

Parece que en la última década del siglo, el tema central a estudiar y divulgar en las geociencias será el del cambio global, término que se aplica a un posible cambio climático brusco en gestación y a sus consecuencias.

Estas "modas" en la historia de la geología reflejan etapas de cambio, originadas por descubrimientos importantes que cuestionaron las teorías entonces dominantes y motivaron la investigación en otras direcciones. Fue el caso del plutonismo, del evolucionismo, del geosinclinal, las placas litosféricas y la influencia de los meteoritos. A diferencia de todos estos temas, el cambio global, más que una teoría novedosa es un proceso en gestación provocado por el hombre que hoy trata de descifrar cuáles serán los efectos en el transcurso del siglo XXI. En la elaboración de este libro ayudaron al autor, de muy distintas maneras, las personas siguientes: Concepción Basilio Romero, Valery Dugar-Zhabón, Enriqueta García Amaro, Ana García Silberman, Héctor Mendoza Vargas, Mario Arturo Ortiz Pérez, Armando Sánchez Enríquez y José Juan Zamorano Orozco.