VIII. ¿PUEDEN PREVENIRSE LOS TERREMOTOS?

LA ÚNICA manera de detener casi por completo la actividad sísmica sería suspender los procesos convectivos del interior de la Tierra, impidiendo el movimiento relativo de las placas listosféricas. Sólo se producirían entonces los sismos pequeños causados por el peso de las montañas y los derrumbes en minas y cavernas, que no generan ondas sísmicas de peligro.

Se ha propuesto lubricar las fallas para que el movimiento relativo de sus lados se lleve a cabo suavemente, sin "atorones" (como si se tratara de un cierre de cremallera que se atora). Además del problema de la enorme cantidad de lubricantes que se necesitaría y de cómo llevarla a muchos kilómetros de profundidad, que es hasta donde, a menudo, alcanzan las áreas de ruptura, se necesitarían presiones tremendas para poderlo introducir en el plano de la falla. Todo esto está más allá de la tecnología actual; además, de nada serviría en el caso de terremotos ocurridos en rupturas nuevas.

Una manera de evitar los grandes terremotos podría ser "disparar" periódicamente sismos pequeños o intermedios en las fallas accesibles (nada se puede hacer en el caso de sismos que ocurren a 600 km de profundidad) como la de San Andreas, para evitar la acumulación de esfuerzo en el terreno. La manera de hacer esto podría ser inyectando algún líquido a presión; se ha observado que el inyectar agua en los campos petroleros induce sismicidad (1). También los cambios en la presión, inducidos por cargas en la superficie, pueden disparar sismos, como se ha observado al llenar varias presas (2). La liberación tectónica, asociada con explosiones nucleares subterráneas, puede ser otra manera de "purgar" periódicamente una falla.

Desgraciadamente todos los métodos propuestos tienen muchas desventajas y, sobre todo, más incertidumbre que ventajas. Además de ser en su mayoría incosteables, se necesitaría conocer, en todo momento y a todo lo largo de las fallas en cuestión, su estado de esfuerzo, pues el sismo disparado podría resultar un terremoto enorme correspondiente a la energía que, si se hubiera dejado en paz a la falla, podría haberse tal vez liberado en forma de varios sismos menores.

Es posible que cuando se conozca mejor el proceso sísmico sea posible descubrir un método confiable de evitar los terremotos; aunque considerando lo enormes que son los esfuerzos, energías, volúmenes, etc., involucrados en el proceso sísmico, comparados con el poder del hombre, es mejor, por lo pronto, conformarse con prepararse a hacerle frente a los terremotos.

BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS

1. Rikitake, T. (1976), Earthquake Prediction. Elsevier Scientif. Publish. Co., Países Bajos.

2. Buforn, E., y A. Udías (1979), "A note on induced seismicity in dams and reservoirs in Spain". Bull. Seism. Soc. Amer., vol. 69, pp. 1629-1632.