VII. UN ESCENARIO INESPERADO: SAINT-LOUIS DE LA SALPÊTRIÈRE

EN 1862, Charcot fue designado médico en jefe de un pabellón de la Salpêtrière. Esto significó para él una decepción. ¿Por qué él, médico de los hospitales de París y no médico de hospicio, había sido enviado a ese centro que todavía llevaba entonces el nombre de Hospicio de la Vejez para Mujeres?

Charcot no sabía al llegar allí que entre ese año de 1862 y el de 1870 habría de realizar los descubrimientos que le darían fama y harían de él "el emperador de la Salpêtrière"; ni que por otra ironía del absurdo burocrático, en 1870 recibiría la carga suplementaria de aquellas mujeres que lo convertirían en el "Napoleón de las neurosis". En ese momento, cuando tenía 37 años, conocía bastante bien las enfermedades pulmonares, las renales, las del aparato digestivo; algo menos, las enfermedades cardiacas y urogenitales, pero muy poco sabía de las que corresponden al sistema nervioso, y prácticamente nada de las enfermedades mentales. Hasta entonces, los síntomas nerviosos que se conocían se encontraban descritos de manera desorganizada, y aún no se había aplicado el método anatomoclínico en la patología del sistema nervioso. Charcot comenzó estudiando todo lo que se había publicado sobre el tema en los idiomas que dominaba. En seguida inició, o más bien dicho prosiguió, la práctica de autopsias en todos los pacientes que morían en su servicio, y en todos aquellos que podía, provenientes de los otros pabellones del inmenso asilo construido por Luis XIII, originalmente para ser un arsenal, y más tarde convertido en hospital general por Luis XIV, tras el edicto de 1656 "para ser el encierro de los pobres mendigos de la ciudad y barrios de París". (Aunque el Rey Sol confesaba en su edicto que "consideraba a los pobres mendigos como miembros vivientes de Jesucristo y no como miembros inútiles del Estado", y que actuaba "no por motivos policiacos sino sólo por motivo de caridad", en nuestros días, Michel Foucault ha explicado el trasfondo ideológico del "Gran encierro".)

[FNT 6]

Figura 6. Vista panorámica de la Salpêtrière en la época de Charcot. Su construcción fue ordenada por Luis XIII y estuvo destinada a arsenal. Luis XIV lo convirtió en hospital en 1656 "para el encierro de los pobres mendigos de París". En 1862, cuando Charcot fue nombrado jefe de un pabellón, el lugar se llamaba Hospice de la vieillese femmes.

La labor de Charcot se basó en la observación detallada de los síntomas, en el estudio sistemático de la evolución, en la clasificación de los múltiples cuadros que pudo observar, numerosísimos, en lo que él llamaba un "museo patológico viviente"; en la correlación anatómica establecida gracias a las autopsias obligatorias y constantes y, más tarde, gracias al uso del microscopio. Ese mismo año precisó las características de la parálisis agitante que se conoce como enfermedad de Parkinson; al año siguiente describió el aneurisma miliar; en 1865 la paraplejia dolorosa y la esclerosis lateral amiotrófica que lleva su nombre; en 1866 identificó la esclerosis en placas; en 1867 describió el reblandecimiento cerebral; al año siguiente, las artropatías tabéticas que los propios ingleses llamaron Charcot's Disease. Entre 1870 y 1880 realizó trabajos sobre la afasia y las localizaciones cerebrales; describió también la amiotrofia distal progresiva (enfermedad de Charcot-Marie) y la poliomielitis.

La creación de la cátedra de neurología, en enero de 1882, fue el reconocimiento oficial que la República francesa otorgó al creador de la entonces nueva especialidad médica. Su servicio se constituyó en modelo para el mundo entero, de donde comenzaron a llegar los alumnos que consideraban unánimemente que Charcot era el nuevo maître à penser digno de clausurar el siglo XIX de manera tan brillante como Pinel había clausurado el XVIII. Con esta neurología recién sistematizada se inauguró lo que algunos historiadores han llamado "la segunda escuela de la Salpêtrière", que pocos vínculos tenía con la primera, que fue obra de los alienistas del inmenso asilo.

Expuso las diferentes etapas de su proyecto multidisciplinario en su Lección Inaugural:
Hace ya doce años... formulé la esperanza de que este gran asilo de las miserias humanas, donde tantos maestros de la medicina francesa han destacado, se volvería algún día, para las enfermedades del sistema nervioso, un centro regularmente organizado de enseñanza y de investigación... esta opinión... no he dejado de proclamarla... tanto por la enseñanza oral, por la publicación de trabajos a los que mis alumnos se han asociado frecuentemente hasta hacer evidente, aun a los más incrédulos, su alcance práctico... al hospicio se agregó una consulta externa y a ésta un servicio hospitalario limitado a la recepción de enfermedades del sistema nervioso... poseemos un museo anatomo-patológico, un taller de modelaje y de fotografía... un gabinete de oftalmología, complemento obligatorio de un instituto neuropatológico... poseemos un servicio ricamente dotado de todos los aparatos necesarios para la práctica del electrodiagnóstico y la electroterapia.

En la misma Lección Inaugural, Charcot reconoció la necesidad histórica de las especialidades médicas:
Por lo que respecta a la neurología no hay que temer el peligro que podría derivarse de una especialización muy estricta, puesto que este campo se ha vuelto hoy en día —y nadie sueña en discutirlo— uno de los más amplios que existen, uno de los que se enriquecen más rápidamente, uno de los que exigen a quien lo cultiva, el mayor número de conocimientos generales. Era pues legítimo que la patología del sistema nervioso, que en el futuro deberá absorber todos los esfuerzos de quienes la quieran poseer, reclamara, a su vez, un sitio entre las otras ramas que, como ella, por la fuerza de los acontecimientos, se han separado anteriormente del seno de la medicina general.

La neurología triunfante había generado, muy justamente, la gloria de Charcot. La histeria estuvo a punto de hacérsela perder.