XVI. EL APELLIDO DE NESSIE

PARA proteger un monstruo hipotético, lo primero es escogerle un nombre en latín. Tal cosa han hecho Roberto Rines, bostoniano, y Pedro Scott, escocés con redundancia, con el famoso monstruo del lago Ness en Escocia. Tal bicho, al que los nativos del lugar y sus admiradores llaman familiarmente Nessie, tiene una existencia hipotética que pretendió confirmarse mediante fotografías submarinas y registros de sonar que armaron revuelo en la Gran Bretaña. Aunque no lograron convencer a los incrédulos, el estudio de las fotografías suministró un nuevo aire de respetabilidad a la "porra" de Nessie, incluyendo a Rines y Scott. Para aprovechar la propaganda y cumplir con una ley británica que exige un nombre científico para cualquier animal que deba ser protegido de la extinción, Rines y Scott propusieron en la prestigiosa revista Nature el nombre oficial de Nessie: Nessiteras Rhomboteryx y que quiere decir algo así como: maravilla de Ness con aleta romboidal.