XXVI. EL AUTO ELÉCTRICO

¿POR qué no tenemos automóviles eléctricos? ¿Tienen la culpa las caras y pesadas baterías convencionales? ¿El limitado radio de acción de los prototipos que se han construido? ¿Las dos razones juntas? Si se pone uno analizar las cosas con cuidado, uno se da cuenta que la verdadera respuesta no va por ahí. Los autos eléctricos con baterías de plomo alcanzan ya un radio de acción de 80 km, y en países tan automovilizados como los EU, más de 50% de todos los recorridos diarios están dentro de ese límite. Además si bien el costo de un automóvil eléctrico, equivalente a uno común de gasolina, sería mayor hasta en un 60%, ese incremento se puede reducir si se diseña un auto para el transporte urbano de manera racional (sencillamente haciéndolo chiquito).

De acuerdo con una ley del Congreso de los EU, que aprobó un gasto para desarrollar autos eléctricos, los responsables son otros. Cierto es que ese Congreso no nombra a los culpables, pero al aplicar el tradicional método de eliminación (véase Conan Doyle) se queda uno con dos: las industrias automovilística y petrolera; si el gobierno de los EU pareció decidido a llevarles la contra, es por tratar de sustituir el consumo de petróleo por el de otros energéticos.