XLIX. TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA

LA TRANSFERENCIA de tecnología es tema de discusión generalizada en los países desarrollados y en los que, como el nuestro, quizá nunca lo estén. El problema medular es que nadie da algo por nada, así que mientras se considere a la transferencia en una sola dirección, como tendrá que hacerse en tanto no desarrollemos nuestra tecnología, quedaremos mal parados. Esto no lo entienden muchos, ni en unos países ni en los otros. En alguna ocasión, cuando todavía era secretario de Estado de los EU, el mismo Enrique Kissinger hizo un ofrecimiento de poner "una parte mayor de la tecnología de los EU a la disposición de las naciones en desarrollo". Las medidas propuestas para lograr ésta y otras transferencias parecidas, van desde un Instituto Internacional de Industrialización (manejado por los EU, desde luego) hasta un technology corps (que se inspira en el peace corps que tan poca paz produjo en la era kennediana).

Varios científicos europeos y norteamericanos han criticado estas propuestas argumentando que no se podrán implantar cabalmente. Mas con la perspectiva que se logra mirando las cosas desde el lado estrecho del embudo, tales críticas son claramente ingenuas aunque bien intencionadas: lo peor que le puede pasar a un país pobre y atrasado es que la política estadunidense de transferencia tecnológica se llegara a realizar plenamente. Los países industrializados quieren intercambiar aspectos secundarios de su tecnología (de la cual algo puede aprovecharse) por ganancias económicas y políticas (haciéndonos más dependientes de las fuentes primarias).

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