LVIL VOLCANES

EL AVANCE de la vulcanología es sorprendente: no sólo se ha logrado aclarar el origen de los fenómenos volcánicos, sino que las modernas técnicas de detección permiten predecir la actividad de volcanes particulares. Buena parte de la tarea consiste en determinar cuándo vale la pena estudiar cierto volcán.

Hay algunos que son evidentemente activos, que han tenido erupciones recientes y que por estar cerca de áreas densamente pobladas no deberían estar sin supervisión. De éstos existen en el mundo más de 700 y sólo unos cuantos han sido estudiados con detalle. Hay otros volcanes que, sin estar realmente activos, han eruptado de vez en vez, con períodos de reposo hasta de miles de años. A estos volcanes se les clasifica hoy como durmientes, para distinguirlos de los verdaderamente extintos, de los que no se espera ninguna actividad.

A veces ocurren sorpresas desagradables y trágicas, como la del Chichón en el Sur de la República, o como la erupción del monte Lamington en Nueva Guinea que mató a casi 3 000 personas... y ni siquiera se sabía que era volcán. En Guadalajara hay evidencia de 12 erupciones prehistóricas, y por ello no puede considerarse como zona volcánica extinta. Cerca de la ciudad de México y dentro del mismo Distrito Federal tenemos varios volcanes, uno de los cuales, el Xitle, tuvo una erupción hace 4 000 años y otra hace 2 000, la cual produjo esa belleza natural del pedregal de San Ángel, que antaño sirvió de refugio a los aztecas y que hoy prácticamente desaparece debajo de palacetes y de chozas.