LXXI. ANIVERSARIO DE NEWTON

EN 1977 se celebró el 250 aniversario de la muerte de Isaac Newton. Aunque no estemos convencidos de la importancia de las efemérides ni del santoral científico, estos recordatorios son una excusa tan buena como cualquier otra para reflexionar acerca de nuestros predecesores. Aunque siempre existen riesgos. Como con el comentario periodístico que se dio acerca de una bella ceremonia en el Palacio de Bellas Artes, con motivo de otro aniversario: uno de nuestros diarios anunció que se "recordaría la obra del gran músico (sic) Federico Gauss".

Para evitar un posible fiasco de algún ingenuo que busque en la Enciclopedia un mínimo de datos acerca de Newton, hay que advertir que la fecha citada de su muerte y que está inscrita en su tumba en la Abadía de Westminster es el 20 de marzo de 1726. La primera reacción sería pensar que el 250 aniversario ¡debió haberse celebrado en 1976! Sólo que la fecha de 1726 está de acuerdo con el calendario Juliano, que Inglaterra no abandonó sino hasta 1751, mientras que el calendario Gregoriano había sido aceptado por los demás países europeos desde 1582. De modo que, según el calendario todavía vigente, Newton murió en 1727.

Otra muy popular confusión del mismo origen, es la que refiere que Newton nació el año en que murió Galileo (1642). Para los que gustan de repetir esta coincidencia —y que quizá lo hagan por creer en la transmigración del espíritu científico— es necesario aclarar que Newton nació el 5 de enero de 1643 del mismo calendario en el que la muerte de Galileo ocurrió el 8 de enero de 1642.