LXXV. COMUNICACIÓN ASEGURADA

HAY concepto revolucionarios que parecen perogrulladas y el campo de la tecnología no es la excepción. Dentro de los variados aspectos que las dos superpotencias tienen que cuidar en su desenfrenada competencia armamentista, destaca el de sus respectivos sistemas de telecomunicaciones. La preocupación esencial es la de crear un sistema de comunicación capaz de sobrevivir un ataque nuclear generalizado. Una solución sería construir estaciones de telecomunicación que fuesen prácticamente indestructibles; mas esta exigencia es tan estricta que su costo está incluso por encima de los gigantescos presupuestos militares de los EU y la URSS. Por ello, el problema lo plantean los comunicólogos de esta otra manera: ¿cómo construir una estructura confiable a partir de componentes que no lo son en absoluto?

En los EU, la persona que encontró la solución es Pablo Baran, ingeniero cincuentón que trabajó durante 10 años para la Rand Corporation y que hoy dirige una oscura compañía en California. Mientras estuvo en la Rand, Baran desarrolló el concepto llamado pachet switching, que dio lugar a una enciclopedia de trece volúmenes, cinco de ellos todavía mantenidos en secreto.

El chiste del packet switching —que alguien calificó como lo más importante en telecomunicaciones desde que Arturo C. Clarke concibió el uso de satélites para el propósito—, estriba en que el mensaje pueda llegar al destinatario a través de cualquier ruta disponible de la red de comunicación. Con ello sólo es necesario que alguna ruta esté disponible en algún momento, lo que puede casi asegurarse en una red extensa y muy interconectada, aunque cada elemento pueda fallar individualmente. Éste es un claro ejemplo de cómo problemas muy complejos se resuelven —a veces— con ideas muy sencillas. De hecho, no es necesaria una tecnología avanzada para llegar a la esencia del packet switching: los heroicos vietnamitas establecieron, durante la invasión yanqui a su país, un sistema de comunicación y transporte fundado en el mismo principio a lo largo del camino de Ho Chi Min. Los mensajes y pertrechos, distribuidos sobre toda una red de personas en bicicleta, no fueron detenidos por el más violento e intenso bombardeo de la historia; aunque heroicos en extremo, los vietamitas no eran indestructibles; aun así, el sistema que desarrollaron resultó más confiable que cualquier línea ferrocarrilera, naviera o carretera.

Otro ejemplo de packet switching, éste antiquísimo y un tanto folclórico, es el de los "borregos", chismes y murmuraciones. Si quiero estar seguro que el "borrego" llegue a alguien en particular, lo único que tengo que hacer es "distribuir el mensaje" en toda una red retransmisora de intermediarios; no importa que algunos olviden el mensaje y que la mayoría no conozca a quien está dirigido: el chisme lleva en clave la identidad del destinatario y a él llegará.