LXXVI. EL ORIGEN DE LA VIDA

DESDE hace tiempo se especula si algunas de las epidemias que sufre la humanidad provienen del espacio. Los proponentes modernos de esta idea son Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe, ambos profesores del University College de Cardiff, País de Gales, quienes consideran factible que sean los cometas los responsables de ciertas pandemias y, más aún, del origen de la vida en nuestro planeta.

Los autores de esta explicación arguyen en contra de la teoría de Oparin y Haldane de que la vida se originó a partir de una "sopa primigenia", formada por muchas sustancias químicas complejas en la superficie de nuestro planeta hace miles de millones de años. Hoyle y su colega hacen notar la falta de pruebas evidentes y la poca probabilidad de ciertas condiciones para que dicha sopa se haya dado hace mucho tiempo en la Tierra. En su opinión, no hay indicios de una época cuando la atmósfera era reductora ni que puedan haberse dado las intensas tormentas eléctricas necesarias para formar las moléculas prebióticas.

En un franco y arriesgado vuelo de la imaginación —usual en la carrera de Hoyle, quien se ha hecho notorio por la fertilidad de sus neuronas—, Hoyle y su compañero proponen que fueron cometas los que acarrearon desde el espacio interestelar moléculas de aminoácidos, de polisacáridos y de compuestos heterocíclicos nitrogenados, en cantidades y concentraciones suficientes para haber desencadenado la historia de la vida en nuestro planeta. Como los cometas han seguido su continuo, aunque a veces errático, peregrinar por los confines del Sistema Solar, ellos habrían seguido contaminando de cuando en cuando la Tierra con nuevas moléculas y virus "cocinados" en el núcleo de los mismos cometas. La hipótesis es extraordinaria; dada la notabilidad de Hoyle, no pasará mucho tiempo sin que aparezcan las críticas, positivas o meramente sanguinarias, que la pongan en su lugar. Cualquiera que sea el destino que corra, debemos alegrarnos de constatar que la ciencia moderna no requiere inventar ovnis para lanzar ideas que merecerían ser sensacionales.