LXXXV. LA BRÚJULA OLMECA

TAL parece que la civilización olmeca fue la primera en inventar la brújula magnética, con lo que se adelantó a los chinos en casi 1000 años. En efecto, en las ruinas olmecas de San Lorenzo, Veracruz, se encontró hace varios años un pequeño objeto imantado, al que se puso por nombre M-160 y que por azares del imperialismo científico se encuentra ahora en la Universidad de Michigan, EU, a donde fue llevado por sus descubridores, P. Kroster y M. D. Coe. Este curioso artefacto fue estudiado con meticulosidad por Juan B. Carlson, investigador de la Universidad de Maryland, quien concluyó que el M-160 fue usado como brújula.

Las pruebas presentadas por Carlson apuntan a la habilidad de los olmecas para trabajar el hierro, puesta de manifiesto por varios y extraordinarios espejos bruñidos, así como a su preocupación por orientar sus construcciones de una manera particular. Con esta base, el estudio del objeto imantado y de sus características muestra como muy probable su uso al modo de una brújula. El artefacto es una barrita de 3.5 cm de longitud, y si se le pone a flotar sobre un corcho en agua o mercurio, su eje se orienta 36° al oeste del norte magnético. La edad del objeto M-160 es mayor de 3 000 años, lo que convertiría, si el resultado de la investigación se confirma, en el imán de brújula más antiguo del mundo.

Este descubrimiento puede ser motivo de orgullo para los modernos mexicanos, pero los que no se podrían tan contentos son los antiguos olmecas, al ver que nosotros tenemos que esperar a que vengan científicos extranjeros a descubrir lo mejor de nuestro pasado.