VI. El GRAN PUM

Así como cada cabeza es un mundo, cada científico es una teoría del Universo. Las hay de chile, de dulce y de manteca... literalmente para todos los gustos. Jorge Gamow fue el campeón de la teoría del Big Bang —lo que en castilla llamaríamos el Gran Pum—, que vino a tranquilizar a todos los que no podían dormir pensando que el Universo no tuvo un origen. El Gran Pum, que es la hipótesis científica más aceptada actualmente, fue el estallido de toda la masa del Universo hace cosa de 15 mil millones de años. El abad belga Jorge Lemaitre fue otro de los grandes sustentadores de la teoría del Gran Pum, y don Manuel Sandoval Vallarta contribuyó a su sostén con sus magníficos trabajos sobre los rayos cósmicos, allá por la década de los treinta. Pero como también hay científicos que no pueden conciliar el sueño pensando que el Universo sí tuvo un origen, el polémico Fred Hoyle salió una vez más a su rescate. (Hoyle fue el campeón del segundo equipo mencionado, hace cosa de 30 años, con su teoría del estado estacionario.)

Hoyle acepta las pruebas observacionales que apuntan hacia la ocurrencia del Gran Pum (y no podía menos que hacerlo), pero al mismo tiempo, mediante un agilísimo juego mental digno del mejor prestidigitador intelectual, lo desaparece: en vez de escondérselo en la manga, sencillamente ha reinterpretado las pruebas, aprovechando para ello la posibilidad de medir cualquier cosa en términos de distancias y tiempos. De esta manera y después de muchos vericuetos, Hoyle reduce la "creación del Universo" a un momento donde su masa era cero.