INTRODUCCIÓN

Este volumen contiene la mayor parte del material que utilicé en mis cursos sobre el tema en El Colegio Nacional, correspondientes a 1987 y 1988. Hasta donde he podido averiguar, escudriñando la historia de las actividades del mencionado Colegio, quizá mi único predecesor en estos quehaceres fue el doctor Arturo Rosenblueth. En el prólogo que el doctor Juan García Ramos escribió para el libro de Rosenblueth, El método científico, publicado en 1971, dice lo siguiente:

Una de las inquietudes del doctor Arturo Rosenblueth fue la de tratar de sistematizar los conocimientos sobre el método científico. Prueba de ello es que en los años de 1949-1950, y posteriormente en 1961, impartió cursos sobre ese tema en El Colegio Nacional, del cual fue miembro desde 1947.

Yo tuve la oportunidad de asistir a uno de esos cursos y de iniciar así un interés personal en la filosofía de la ciencia que ha resultado permanente; además, he publicado breves comentarios sobre ese libro. A los que, como yo, asistieron a algunos de los cursos mencionados del doctor Rosenblueth y conocen el texto de su libro, podría parecerles temerario que yo haya escogido el mismo tema para los dos ciclos de conferencias mencionados y para este volumen. Me apresuro, pues, a aclarar que aunque comparto el título de sus cursos y de su libro, es quizá lo único en que coincidimos. Mientras que Rosenblueth hizo un análisis riguroso de distintos aspectos filosóficos de la ciencia, rebasando con mucho la metodología científica y expresando con claridad y seguridad características sus propios puntos de vista, yo he organizado el material dentro de un esquema estrictamente histórico. Mi objetivo es repasar los principales conceptos vertidos sobre el método científico a través de la historia, desde sus orígenes en Platón hasta nuestros días. En su debido momento llegaremos al esquema del método científico adoptado por Rosenblueth y tendremos oportunidad de describirlo, pero sólo como uno más de los muchos otros que repasaremos.

Antes de entrar en materia quisiera presentarles rápidamente una visión panorámica del territorio que vamos a cubrir. Iniciarernos nuestro recorrido con Platón, Aristóteles y algunos de sus comentaristas medievales, a pesar de que, en sentido estricto, en esos tiempos no podía concebirse un método científico porque la ciencia tal como la conocemos ahora, todavía no existía como disciplina independiente sino que formaba parte integral de la filosofía. De todos modos, el repaso de ciertas ideas de Platón, y especialmente de Aristóteles, revela prolegómenos de varios de los problemas y conceptos que surgieron posteriormente, una vez que la ciencia inició su desarrollo independiente. Esto ocurrió a principios del siglo XVII, por lo que ahí nos detendremos para revisar los puntos de vista de dos grupos de pensadores, que también empezaron a diferenciarse entre sí en ese mismo tiempo: los científicos y los filósofos. Repasaremos los conceptos sobre el método científico de Vesalio, Galileo, Harvey, Newton, Hooke y Leibniz, como ejemplos de hombres de ciencia, y también los de Bacon, Descartes, Locke, Berkeley, Hume y Kant, como representantes de los filósofos, lo que nos llevará hasta fines del siglo XVIII. A continuación nos ocuparemos de los dos grupos principales de la filosofía de la ciencia en el siglo XIX: los empiristas, representados por los tres filósofos victorianos Herschel, Mill y Whewell, y los positivistas, de los que revisaremos a Comte, Mach, Peirce y Poincaré. Con eso habremos llegado a nuestro siglo pero todavía no a nuestro tiempo; con carácter histórico, examinaremos a la escuela más importante de la primera mitad del siglo XX, que es el positivismo (empirismo) lógico, representado por Wittgenstein, Carnap y el Círculo de Viena, y por Reichenbach y la Escuela de Berlín. Finalmente, comentaremos algunas de las ideas contemporáneas sobre el método científico: el operacionismo, representado por Bridgman y Rosenblueth, el subjetivismo selectivo, de Eddington, y el falsacionismo, introducido por Popper, así como los programas de investigación científica de Lakatos, el relativismo histórico de Kuhn, y el anarquismo, de Feyerabend. El último capítulo está dedicado a un repaso general y a la presentación de mis conclusiones sobre el método científico, ya que a lo largo de estas páginas mi postura no será crítica sino más bien narrativa y descriptiva