VII.4. ARTHUR S. EDDINGTON

El autor de la postura epistemológica denominada (por él mismo) "subjetivismo selectivo" fue el famoso matemático y astrónomo inglés Arthur Eddington (1882-1944), quien a los 31 años de edad fue nombrado profesor "Plumian" de astronomía y filosofía experimental de la Universidad de Cambridge, y al año siguiente director del observatorio de esa misma universidad. Nacido en una familia de cuáqueros, Eddington conservó un profundo sentido religioso durante toda su vida; además, poseía un talento para las matemáticas que sus contemporáneos calificaron de fenomenal, así como una enorme capacidad para la divulgación científica. Entre sus contribuciones más importantes deben mencionarse la astronomía estelar dinárnica y sus trabajos sobre la relatividad. En 1915 Einstein publicó su teoría general de la relatividad, una de cuyas predicciones astronómicas era que la luz debería desviarse en la vecindad del Sol; las observaciones para establecer si tal predicción se cumplía sólo podían hacerse retratando las estrellas cercanas al Sol durante un eclipse total y midiendo sus posiciones relativas. Durante el eclipse del 29 de mayo de 1919 se enviaron dos expediciones encargadas de realizar el estudio mencionado, una a Brasil y la otra a una pequeña isla situada frente a la costa occidental de África; uno de los observadores fue Eddington, cuyos resultados confirmaron la predicción de Einstein. Ésta fue la primera demostración observacional de la teoría general de la relatividad. Pero no es posible dar aquí ni siquiera un resumen de las varias contribuciones de Eddington a la astronomía, sino que vamos a concentrarnos en su filosofía de la ciencia, sobre todo en su postulado de que a veces es posible derivar el conocimiento de hechos concretos a partir del conocimiento puramente formal.

Arthur S. Eddington (1882-1944).

El argumento lo presentó Eddington en un libro titulado Filosofía de la ciencia física, que apareció por primera vez en 1939; de acuerdo con este autor, es posible averiguar algo sobre la naturaleza de la realidad por medio del examen de los conceptos y los métodos de los físicos, y este análisis puede incluso ser más fructífero que el de los hechos mismos descritos por ellos. En otras palabras, una buena parte de lo que se considera como conocimiento científico objetivo de las leyes de la naturaleza es realmente de carácter epistemológico. Eddington era particularmente ingenioso para ilustrar sus ideas por medio de ejemplos y analogías; mencionaremos dos que aclaran de manera afortunada su punto de vista En una de ellas se imagina a un ictiólogo que arroja al mar una red con aperturas de dos pulgadas con objeto de examinar a los peces que recupere, y sugiere que el ictiólogo probablemente llegue a las conclusiones de que no hay peces menores de dos pulgadas y que todos ellos tienen branquias. El otro ejemplo es el de Procusto, el famoso personaje de la mitología griega que estiraba o recortaba a sus huéspedes para que cupieran exactamente en su cama. Eddington señaló que el conocimiento derivado del análisis epistemológico era a priori pero no en el sentido kantiano de ser innato, en vista de que se requieren experiencias y observaciones para adquirirlo, sino en el sentido del ictiólogo, de quien podemos predecir que con la red que usa para pescar no obtendrá peces menores de dos pulgadas; en otras palabras, es posible hacer juicios a priori sobre lo que los físicos van a encontrar si examinamos los procedimientos que usan. Es por el carácter al menos parcialmente a priori del trabajo de los físicos, que impide a ese conocimiento ser objetivamente puro, sino que lo hace más bien subjetivo, y por lo selectivo del proceso de investigación, en el que el conocimiento es lo que se "filtra" a través de la metodología y los conceptos usados, por lo que Eddington llamó a su filosofía "subjetivismo selectivo".

Conviene señalar las semejanzas que existen entre el subjetivismo selectivo y otras ideas filosóficas previamente mencionadas; por ejemplo, Wittgenstein propuso en su Tractatus la existencia de un paralelismo entre la estructura lógica del lenguaje y la estructura de la realidad, mientras que Eddington afirma que los componentes subjetivo y objetivo del conocimiento están tan íntimamente ligados que es posible descubrir algunos hechos por medio del análisis epistemológico (recuérdese también la semejanza del ejemplo de Wittgenstein, de la superficie blanca con manchas negras que, observamos a través de una malla, con la analogía del ictiólogo y su red de pescar, de Eddington). También existe coincidencia entre las ideas de Mach, que postulaba un sistema monista, basado únicamente en las sensaciones y sus relaciones, con el de Eddington, que reconoce identidad entre la estructura de grupo de una serie de sensaciones y la estructura del mundo exterior; de hecho, es gracias a esta correspondencia entre las sensaciones y la realidad, que impone ciertos principios de invariancia, que la comunicación entre los científicos es posible. La ciencia, por lo menos la física de Eddington, está interesada en los aspectos cuantitativos de las invariancias, que no son otra cosa que las leyes de la naturaleza.

Igual que muchos otros antes y algunos después de él, Eddington quería resolver el problema de la correspondencia de la teoría con los fenómenos reales. ¿Por qué la estructura deductiva de la geometría euclideana corresponde tan bien a la estructura geométrica del universo? ¿Por qué la teoría atómica explica tan satisfactoriamente los fenómenos que ocurren durante las reacciones químicas? Los operacionistas no tienen dudas al respecto, en vista de que en su concepto todas las teorías e hipótesis científicas son empíricas. Ya hemos examinado los distintos enfoques de otras escuelas filosóficas sobre este problema, como positivistas, instrumentalistas, pragmatistas, convencionistas y otros más. La postura de Eddington lo coloca en el extremo racionalista del espectro que va del empirismo al racionalismo, ya que sin negar que exista un componente objetivo en el conocimiento, lo que le interesa y subraya es la contribución subjetiva, al grado de que en muchos sitios parece estar llevando a cabo un programa puramente deductivo, en ausencia de su contraparte empírica. Como mencionamos hace un momento, el postulado original en la filosofía de Eddington es que es posible conocer gran parte de, o hasta toda, la realidad, a partir de enunciados a priori.