Texto: María Antonia Candela, Adolfo
Caso Robles, Héctor Gaitán-Rojo, y Arjen Van Der Sluis.
Ilustración: Felipe Dávalos e Irene
García.
El agua se presenta en la naturaleza de diferentes maneras.
Cae como lluvia y forma arroyos, ríos, lagos y mares.
También la vemos como nieve, granizo, hielo, nubes y neblina.
En la naturaleza, el agua se encuentra en tres estados:
La vemos en estado líquido cuando cae por las cascadas o en forma de lluvia y cuando corre por los ríos, lagos y mares.
Cuando el agua se enfría mucho, se vuelve sólida. La conoces en forma de hielo, nieve o granizo.
Cuando se calienta mucho, el agua pasa al estado gaseoso y se evapora, formando las nubes y la neblina.
Dependemos de la lluvia para obtener el agua que nos hace falta.
Cada vez que llueve, una parte del agua se filtra en la tierra y otra parte forma lagos y ríos; el resto del agua corre hacia el mar.
Cuando el sol cae sobre el agua, ésta se evapora, sube y forma nubes, y luego vuelve a la tierra en forma de lluvia, granizo o nieve.
Este es el ciclo hidrológico que se repite siempre. Por eso la cantidad de agua que tiene el planeta es siempre la misma, no se gasta.
Los bosques son parte importante del ciclo hidrológico, ya que retienen el agua de las lluvias y evitan la erosión de las tierras.
Los árboles transforman el bióxido de carbono en oxígeno, retienen el polvo y las impurezas y disminuyen la velocidad del viento, previniendo así la erosión. Es responsabilidad de todos cuidar los árboles, ya que donde hay árboles hay agua.
El agua se utiliza también para generar electricidad mediante plantas hidroeléctricas. El proceso es sencillo: cuando el agua cae con fuerza sobre una turbina, como la que ves en el dibujo, ésta gira y mueve un generador que produce electricidad, la cual viaja por cables hasta tu casa.
Ahora, cuando enciendas un foco, recuerda que quizá esa electricidad se produjo gracias al agua.
Una actividad más que realiza el hombre con el agua es la acuacultura, que consiste en controlar la producción y el desarrollo de peces y plantas. Para ello se construyen depósitos de agua dulce y salada aprovechando los esteros, lagos y lagunas. Ahí se alimenta y se vigila el crecimiento de los peces, para que desarrollen sanos y fuertes. De esta manera podemos tener más y mejores alimentos.
En las ciudades se gasta mucha agua porque cada vez la usamos más en diversas actividades y porque hay mucha gente que la desperdicia. Ya viste cómo el agua sirve a nuestro cuerpo.
En el dibujo puedes observar algunas de la actividades en las que se usa agua en las ciudades.
Ilumina de azul la tubería que lleva el agua de la calle al tinaco, y del tinaco al baño.
Pinta de negro la tubería que recoge el agua usada del baño y la lleva a la cañería que está debajo de la calle.
En nuestras casas utilizamos mucha agua para muchas cosas. Es sorprendente saber que una familia de cinco personas gasta diariamente la cantidad de agua que te mostramos en los dibujos.
En el campo hay lugares muy secos y otros que tienen agua. Algunas casas no tienen tuberías para que llegue el agua. Por eso la traen del río o la sacan del pozo. ¿Cuántos usos del agua ves en el dibujo? Si tomas el agua de un río o de un pozo, ¿sabes por qué es necesario hervirla antes de beberla?
Cuentan que hace mucho tiempo hubo una asamblea para decidir cómo debería ser el río. Cada uno explicó como lo quería.
Para mí tendría que ser rápido y frío dijo la trucha. Sólo así puedo vivir a gusto.
¿Cómo lo haremos? dijo la carpa. Pues yo necesito que sea lento para poder depositar mis huevecillos sobre las plantas que viven en agua tibia.
No se preocupen dijo el pato, el río es muy largo y en su camino hacia el mar podemos hacer que corra rápido en algunos lugares y se estanque en otros. Yo me alimento de plantas y semillas que están en el fondo del río, y necesito que tenga pozas donde poder bucear.
Yo también, yo también se oyó la voz grave del ajolote. Porque
me encanta meterme en el fondo lodoso y tibio, en donde juego con mis hijitos.
La libélula se acercó cantando y zumbando. ¿De qué hablan? preguntó. La tortuga levantó lentamente uno de sus
párpados y le contestó:
A ti ¿cómo te gustaría que fuera el río? Porque yo necesito que haya peces con qué alimentarme.
La libélula puliéndose las alas, replicó con desprecio:
Hagan lo que quieran con el río, pues aunque yo tomo oxígeno del agua puedo hacerlo al vuelo aun en las corrientes más fuertes. Además, yo no me mojo ni me hundo en el agua, y soy de los insectos más veloces en el mundo.
¡Qué presumida! dijo la grulla cenicienta. Yo soy mucho más interesante y bella, por eso necesito que el río tenga claros esteros para poder disfrutar viendo mi imagen reflejada en el agua.
Como yo soy el más viejo y conocedor, y vivo comiendo pescados para mantener quieto a mi pobre estómago, les daré un consejo: un río debe serpentear, tener curvas y remolinos, correr lentamente por algunos lugares y rápido por otros; sus aguas deben entibiarse en los remansos y en las abruptas caídas; ser profundo a veces y otras bajito. Su fondo debe ser variado, con rocas, con arena y hasta con lodo.
¡Un momento! dijo el niño agitando sus manos ¿No hemos olvidado algo muy importante?
¿Qué? exclamaron a coro los animales.
Que nadie eche a perder el agua del río para que todos podamos vivir mejor. Así, el río que hicieron entre todos fue tan variado en su largo camino, y con características tan distintas en cada trecho, que permitió que cada animal encontrara lo que necesitaba para vivir.
El agua refleja el color del cielo, nos refresca y nos divierte.
El agua
es indispensable...
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En México llueve sólo durante unos cuantos meses, pero nosotros necesitamos agua todos los días de año. Por eso la almacenamos en las presas, para usarla cuando no llueve.
Una presa es una pared muy grande y gruesa que detiene el agua de un río y forma un lago. Construirla cuesta mucho tiempo y dinero. El agua que en ella se almacena evita las inundaciones, sirve para regar los campos, dar agua a las ciudades e industrias, generar electricidad y criar peces.
El agua es necesaria para cultivar la tierra y producir los alimentos que consumimos. También para dar de beber a los animales y para que crezcan pastos y forrajes frescos y jugosos, con los que se alimenta el ganado. Las tierras que se cultivan con el agua de las lluvias se llaman tierras de temporal.
Hay varias formas de regar. En la ilustración observamos cómo se hace el riego por gravedad y el riego por aspersión. Sin agua no podemos tener alimentos, las que se cultivan con el agua que proviene de las presas y pozos se llaman tierras de riego. El agua se conduce hasta ellas por medio de canales.
Las industrias necesitan también grandes cantidades de agua para producir ropa, acero, muebles, aparatos eléctricos y muchas cosas más. Para elaborar un litro de refresco se requieren trece litros y medio de agua, y para producir un kilogramo de papel se necesitan 115 litros de agua.
En la ilustración vemos cómo se fabrica el papel. Observa en qué actividades se utiliza el agua.
Las industrias también necesitan para calentar, enfriar y limpiar las máquinas; para disolver y separar sustancias, y para eliminar desechos industriales.
Todos necesitamos del agua para vivir. Aunque no nos demos cuenta, se encuentra en los frutos, en la plantas, en los animales, en las rocas, en la tierra, en el aire y en casi todas las cosas que nos rodean.
Tenemos muchas agua en nuestro cuerpo, y siempre está circulando dentro de él.
Eliminamos agua en forma de sudor y orina. La sed nos avisa que necesitamos beber agua para reponer la que hemos perdido. Nuestro cuerpo también recibe agua de los alimentos que comemos.
Nuestro cuerpo utiliza agua para muchas cosas. Veamos algunos ejemplos:
Tus ojos están protegidos por un líquido que tiene agua y que los limpia constantemente. Cuando lloras, el líquido se derrama en forma de lágrimas.
Dentro de tu nariz hay humedad que detiene parte del polvo y de los microbios que están en el aire que respiras, para que tus pulmones no reciban tantas impurezas y no te enfermes.
El cuerpo también elimina impurezas en forma de sudor. Además, el sudor ayuda a enfriar nuestro cuerpo cuando está muy caliente. El sudor es agua y sales disueltas que eliminamos por los poros de la piel. Como ves, nuestro cuerpo necesita del agua, y por eso debemos cuidarla.
El agua también está en la saliva. Con ella la comida se hace una pasta que resbala mejor hacia el estómago. La sangre, que circula por todo nuestro cuerpo, tiene mucho agua.
Entre otras funciones, la sangre hace la limpieza interior de nuestro cuerpo, pues al circular recoge las impurezas. Cuando llega a los riñones, que son los filtros del cuerpo, la sangre se purifica y las impurezas se eliminan en forma de orina. La orina es agua con impurezas.
En México, hay lugares, como en el Norte, donde el agua falta porque llueve poco, mientras que en otros, como el Golfo, la abundancia de lluvias provoca inundaciones. En el mapa encontrarás que donde hay más población hay menos agua, y por eso tenemos que cuidarla y no desperdiciarla, para que nos alcance a todos.
En la agricultura de riego es donde más agua se desperdicia. La fábricas son las que más contaminan el agua. Es muy difícil llevar el agua hasta las ciudades. Por eso es necesario conservarla y no contaminarla.
Hay que hervir el agua antes de beberla para matar los microbios que causan enfermedades.
Al bañarte en regadera, hazlo con rapidez.
Es mejor usar jabón que detergente, pues éste contamina.
Cuando veas tuberías rotas, dile a tus papás que avisen enseguida a la Oficina de Aguas, para que las compongan.
Como el excusado usa mucha agua, ésta se puede ahorrar colocando algún objeto, como un ladrillo, en el fondo de su tanque.
Recuérdale a tus papás que limpien el tinaco o depósito de agua de tu casa por lo menos cada seis meses.
Cuando salgas al campo no tires basura en los ríos, lagos y lagunas.
Al lavar los platos sucios hay que emplear un recipiente con jabón y enjuagarlos en otro.
Aprovecha el agua usada en otras cosas que no necesitan agua limpia. Por ejemplo, para regar plantas, lavar maquinaria, etc.
Hay que cuidar los árboles. Donde hay árboles hay lluvia.
Hay que plantar flores y arbustos porque adornan, purifican el aire y refrescan el ambiente.
Si vives en el campo pon un recipiente para juntar agua de lluvia, con ella te puedes lavar.
Hay que cuidar los bosques porque evitan que el agua arrastre la tierra fértil del suelo.
No hay que tirar objetos en las alcantarillas porque tapan las tuberías.
Hay que lavar los coches con cubeta, ya que con manguera se desperdicia mucho el agua.
Para tener limpios los patios y banquetas, basta rociarlos con agua usada y barrer.
Los aztecas veneraron a Tláloc porque creían que enviaba la lluvia fecundadora, las tempestades, los rayos, los relámpagos y las inundaciones devastadoras. En su honor realizaban sacrificios y hacían ofrendas. El Gran Templo Mayor de Tenochtitlán fue dedicado a Huitzilopochtli, dios de la guerra, y a Tláloc, dios del agua. En tiempos de sequía, los aztecas invocaban a Tláloc con poéticas palabras:
"... Señor de las verduras, las frescuras y las yerbas temporales que haces brotar las semillas que son como piedras preciosas: Que se alegren y regocijen también los animales como las plantas, y que las aves de preciosas plumas vuelen y canten y chupen el néctar de las flores..."
Tiempo de aguas
La lluvia también moja nuestros sentimientos.
En ellos, que son la tierra del espíritu,
brotan plantas de tristeza, de alegría,
de nostalgia y de recuerdos.
Y vienen a nuestra mente las tardes de lluvia
cuando nos mojamos mientras jugamos al futbol,
o cuando el cielo se tiñe de gris
y hasta las cosas más bonitas se humedecen.
Por eso, esta tarde, detrás de mi ventana,
aunque el agua cae lejos de mí,
siento que me mojo.
Guillermo Samperio