Ballenas

Texto: Guillermo Samperio

Ilustración: Armando López

Imagen que simula la imagen de una ballena cuando se creía un monstruo del océano

Las ballenas han inspirado mitos y leyendas desde siempre. Se creyó que eran monstruos que hablaban como los hombres. Incluso se llegó a decir que se podía viajar dentro de ellas, como se cuenta en la Biblia que lo hizo Jonás.

En todas partes hay testimonios sobre ellas. Grupos indígenas de América del Norte tallaron la figura de la orca en sus totems. En la Cueva Pintada de la sierra de San Francisco en Baja California Sur, las pinturas rupestres muestran, entre otros animales, una ballena que hombres desconocidos trazaron hace muchos miles de años. Pero, en realidad, las ballenas tienen un origen ajeno a los mitos, aunque no dejan de ser maravillosas.

Son mamíferos y, por lo tanto, sus antepasados fueron terrestres; a través de millones de años se adaptaron a la vida acuática. De estos animales, el fósil más antiguo es el llamado Archaocetes, o ballena arcaica, que existió hace unos 50 millones de años.

Imagen de una pintura rupestre donde se muestra una ballena

Con el pasar del tiempo sus extremidades anteriores y posteriores se transformaron en aletas. Las primeras les sirven para equilibrarse y como timón; las segundas forman una cola muy poderosa, que utilizan para moverse en el agua.

Los cetáceos, que es el nombre científico de las ballenas, se dividen en dos grandes grupos: odontocetos o ballenas con dientes, y misticetos o ballenas sin dientes.

Imagen donde se muestra una ballena con dientes mejor conocida como odontocetos

Los odontocetos comen básicamente moluscos (calamares, pulpos) y peces pequeños; los dientes les sirven para no dejar salir a sus presas, las cuales tragan sin masticar.

A este grupo pertenecen, entre otras, las siguientes especies: los delfines, las marsopas, el cachalote, la orca o mascarilla y el tursión o delfín pico de botella.

Los misticetos, en lugar de dientes, tienen unas 400 láminas córneas denominadas "barbas", a cada lado del paladar. Se alimentan con plancton, el cual está formado por pequeñísimos organismos marinos, vegetales y animales. Cuando estas ballenas toman un gran bocado, presionan con la lengua contra el paladar para poder expulsar el agua; entonces las barbas actúan como colador, deteniendo el plancton, que luego tragan. Así lo hacen también otras especies: la ballena de Groenlandia, los rorcuales, la ballena azul, la yubarta o gubarte, la Sei, la Bryde y la ballena gris.

Imagen de una ballena misticeta

Aunque "cetáceos" significa algo así como mamíferos en forma de pez, la ballena no es un pez. Y esto no es mentira porque:

Las ballenas

Las crías nacen del vientre materno al cabo de unos diez meses de gestación. Y, como todos los mamíferos, las ballenas amamantan a sus hijos.
Respiran con los pulmones.
Su cola es horizontal.
Nadan y bucean moviendo la cola de arriba a abajo.
Son de sangre caliente.
Imagen de una ballena

Imagen de unos peces

Los peces
Por lo regular, las crías nacen de huevos depositados fuera y a veces también fecundados fuera del cuerpo materno. No amamantan a sus crías.
Respiran a través de branquias.
Su cola es vertical.
Se desplazan ondulando su cuerpo moviendo la cola lateralmente.
Son de sangre fría.
Así que más vale no confundir.

Algunas ballenas son los animales más grandes que existen. La mayor mide de 20 a 30 metros de largo y alcanza a pesar hasta 136 mil kilogramos. Un niño cabría parado en el interior de la vena mayor del sistema circulatorio de la ballena. Pero también hay una ballena que es chiquitita; mide tan sólo metro y medio cuando es adulta.

Prácticamente, tanto la grande como la chica han perdido el sentido del olfato. Pueden tragar y respirar al mismo tiempo, y no es magia. Emiten una gran variedad de sonidos y algunos pueden ser escuchados por los hombres; otros, debido a que son de alta frecuencia, sólo pueden percibirse con aparatos especiales. De las ballenas jorobadas se dice que cantan.

Al igual que las personas gordas, ellas también sufren, por exceso de peso, enfermedades del corazón. La ballena gris es parte de la fauna mexicana. No es grandota ni chiquita, es más bien mediana: llega a pesar 40 mil kilos y a medir 16 metros de largo. Hacia 1860 se pensaba que se habían extinguido, pero en 1911, se empezaron a recuperar. Durante 1920, el gobierno de México comenzó a aplicar medidas legales para protegerlas. Y ahora, aunque hay discusiones sobre el total, se cree que son alrededor de 12 mil.

Imagen de una ballena a la orilla de la playa rodeada de gente

La ballena gris en una viajera empedernida. Viene desde el Polo Norte hasta las bahías de la costa occidental de Baja California, en grupo. Normalmente viaja a una velocidad de seis kilómetros y medio por hora; y cuando anda apurada, puede alcanzar una velocidad de hasta 18 kilómetros por hora.

Carece de aleta dorsal (la que debería estar sobre el lomo). Y como sucede en todos los cetáceos, su principal fuerza proviene de su cola. La flexibilidad de su columna vertebral la ayuda a moverse con agilidad e imponente gracia.

Antes de realizar su travesía otoñal hacia México, la ballena viajera devora, por lo menos, una tonelada de alimento. Lo hace en el Ártico, especialmente en el Mar de Bering. Con esto puede pasársela casi sin comer durante unos seis o siete meses. Y ahora sí: parte de las frías aguas del famoso Estrecho de Bering y navega mar adentro, salvando los peligros naturales que encuentra en los mares de Alaska, Canadá y Estados Unidos. Y, por fin, arriba a las aguas templadas de Baja California y se instala en diversas bahías, como Ojo de Liebre, Guerrero Negro, San Ignacio y Magdalena.

Imagen que muestra la ruta que siguen las ballenas desde el estrecho de Bering atravesando Alaska, Canadá y Estados Unidos hasta llegar a Baja California, México

Pero, antes de seguir, habría que hacerse una pregunta: ¿por qué son capaces de habitar tranquilamente en mares helados? Bueno, primero hay que considerar que la pérdida de calor de un cuerpo es 25 veces más rápida en el agua que en el aire. Y esto también le ocurre al cuerpo de la ballena, ya que ella es de sangre caliente. Sus aletas y los lóbulos de su cola, que carecen de grasa, forman un sistema que detecta la temperatura del agua.

Cuando ésta es muy fría, su metabolismo se pone a trabajar de manera muy intensa, produciendo el calor necesario. Además, no hay que olvidar que la ballena está protegida por debajo de la piel con una gruesa capa de grasa que puede medir hasta 50 cm. de espesor.

¿Cuál es la razón por la que la ballena recorre todos los años una distancia tan grande?

No es ningún misterio. El hecho de que venga a "vacacionar" a México durante unos tres o cuatro meses, obedece a dos razones: dar a luz a sus ballenatos y aparearse. Además, hay una verdad indiscutible: las bahías de México han servido para que la ballena gris no desaparezca. Para protegerla, el Gobierno de México declaró santuarios la bahías Ojo de Liebre, en 1971, y San Ignacio, en 1979. Las primeras en llegar son las hembras embarazadas; después lo hacen las hembras jóvenes y los machos. Una vez instaladas se organiza el cortejo. Llenan nuestras bahías de un escandaloso bullicio. Se tiran agua y juguetean en la superficie. Si hay alguna ballena herida, las demás cuidan de ella y la ayudan en todo lo que pueden.

La hembra es cortejada por dos o más machos, sin rivalidad aparente entre ellos. Cuando se acoplan, el ruido que producen el choque y el frotamiento de las zonas ventrales se escucha desde lejos. En realidad es toda una fiesta.

A los cuatro años y medio la hembra está ya en condiciones de tener ballenatos y lo puede hacer cada dos años.

El embarazo dura entre nueve y doce meses. Cuando la madre expulsa al ballenato, que nace de la cola, éste intenta subir a la superficie para tomar aire. La madre lo ayuda en su primera tarea en el mundo marítimo. Lo empuja hacia arriba con la cabeza, se sumerge a veces y vuelve a salir con su hijo sobre el lomo. Así respira el recién nacido.

Imagen donde se aprecia a la madre ballena ayudando a salir a su ballenato a la superficie Imagen de la ballena y el ballenato regresando a las profundidades del mar

Cuando la mamá ballena gris lo alimenta, el ballenato mexicano no tiene necesidad de pegarse ni de absorber del pezón materno, sino que la madre, realizando una contracción muscular, le lanza a la boca un chorro de leche de unos cuatro litros. Y así lo hará hasta que su hijo cumpla seis meses.

Después de tantos días de fiesta y escándalo, la ballena gris dormita. Lo hace de tal manera que parece una isla durmiendo.

En una mañana de primavera, la ballena gris abandona aguas mexicanas y, como dice el refrán, se regresa por donde vino. Las hembras se van muy esbeltas después de haber parido a sus hijos. Los machos y los ballenatos las acompañan con gran algarabía. La ballena renueva, en cada respiración, del 80 al 90 % del aire que acumula en sus pulmones. Esto le permite, mientras viaja, bucear hasta una hora. En el momento que sale a respirar, el aire caliente, comprimido, brota en forma de vapor. Así, cuando parten de nuestras bahías, vemos miles de chorros de agua que se alejan de México.

Imagen donde se aprecia cómo la ballena gris abandona aguas mexicanas