Texto: Carlos R. Beutelspacher
Ilustración: Irene García
¡Las mariposas son tan bellas! Parecen flores que vuelan.
Las hay multicolores y de un solo color, de formas diversas, grandes y pequeñas.
En todo el mundo, tanto en los lugares fríos como en los calurosos, habitan millones de estos bonitos animales.
El tórax se conforma de tres aros. De él salen las alas y sus seis patitas. Las alas están recubiertas de un polvito muy fino que, bajo el microscopio, se muestra en forma de escamas semejantes a pequeñas tejas. A menudo, los machos son de colores más vistosos que las hembras. Esto se debe a que la naturaleza las protege para que ellas pasen desapercibidas y no se expongan a riesgos. Pues, a fin de cuentas, son las hembras las que ponen los huevecillos.
Hay orugas tan voraces que dañan gravemente a las plantas. En algunos casos, cuando son demasiado numerosas, es necesario exterminarlas. En verdad, casi no hay cultivo que no sea atacado por ellas, llegando a constituir serias plagas. Podemos señalar, entre ellas, al gusano del maíz, al gusano peludo del algodón, al gusano cornudo del tomate, o a las orugas de la mariposita de la col.
Y ya que de echar a volar palabras se trata, papalote es una que proviene del náhuatl; en ese idioma, mariposa se dice, precisamente, "papálotl". De esa denominación se derivan otras, como "Papaloapan", que significa "río de las mariposas".
Los aztecas convirtieron a la mariposa en diosa. La bautizaron con el nombre de Xochiquetzal, o sea, "flor preciosa". En sus grandes fiestas solían adornar las calles y las casas con flores, y disfrazaba a los niños de mariposa.
Hay más de 200 mil especies de mariposas. Todas son bellas y fascinantes. Si no existieran, seguramente el mundo se vería descolorido y triste.