Texto: Ma. Margarita La Belle
Ilustración: Leonor Salazar
Érase una vez un nomio que anhelaba, más que nada en la vida, ir al País de las Matemáticas. Quería trepar por la geometría y deslizarse por largas ecuaciones. Ahí no vivían más que cifras, bellas cifras con las que uno podía hacer toda clase de acrobacias. Desde contarse los dedos de los pies hasta calcular el tiempo que un astronauta tardaría en recorrer la distancia entre la Tierra y la Luna.
El nomio esperó hasta que se desesperó, y una buena mañana, al despertar, se dijo, "Ya no esperaré más. Voy a ir al país de las Matemáticas porque es ahí donde quiero estar."
Y, sin voltear para atrás, emprendió su camino.
Primero, pasó a una mapería, o sea una tienda donde venden mapas para llegar a cualquier parte. Y se compró un mapa para orientarse.
Con su mapa en la mano, el nomio se sentía aún más intrépido. Abriéndolo con mucho cuidado, leyó:
PARA LLEGAR AL PAÍS DE LAS MATEMÁTICAS, HAZ LO SIGUIENTE SIN SALTARTE NINGUNA INDICACIÓN:
SAL DE LA CIUDAD SIGUIENDO LAS FLECHAS GRANDES.
El nomio leyó esto, y levantó la vista. Justamente, en la esquina de enfrente, había una flecha grande y otra chica. Doblando su mapa, el nomio atravesó la calle, y se echó a andar en la dirección que señalaba la flecha grande.
Ya fuera de la ciudad, no veía ninguna otra flecha, de manero que volvió a consultar su mapa.
EN EL CAMPO ENCONTRARÁS UNA GRAN PIEDRA EN FORMA DE GUAJOLOTE. DE ESA PIEDRA PARTEN UN CAMINO RECTO Y OTRO CURVO. TOMA EL CAMINO RECTO HASTA LLEGAR A UN CORRAL CERRADO. ASÓMATE Y ADENTRO VERÁS UN CONJUNTO DE OVEJAS.
El nomio caminó y, efectivamente, después de un rato llegó a un corral cerrado, en donde estaban varias ovejas.
DEL OTRO LADO DEL CAMINO UN POCO MÁS ADELANTE HAY OTRO CORRAL, PERO ABIERTO. AFUERA DE ESE CORRAL, VERÁS OTRO CONJUNTO DE OVEJAS. METE LAS OVEJAS A ESE CORRAL ABIERTO Y SEPÁRALAS POR COLORES.
Al leer aquello, el nomio se sintió algo nervioso. Él no era pastor, y nunca había tratado a ovejas. No sabía a ciencia cierta si no les daba por morder o patear. Pero, armándose de valor, procedió a seguir las instrucciones del mapa.
Realmente, no estaba muy a gusto. Él quería ir al País de las Matemáticas, no cuidar a ovejas. ¿Qué tenían que ver las ovejas con las matemáticas?
En fín. Ya había logrado meter las ovejas al corral, y ya estaban separadas por color: las blancas en un rincón y las cafés en otro. ¿Y ahora qué?
ACABAS DE FORMAR UN SUB-CONJUNTO CAFÉ Y OTRO SUB-CONJUNTO BLANCO, LEYÓ EN EL MAPA.
AFUERA DEL CORRAL HAY UN BOTE. EN ÉL ENCONTRARÁS UNAS CAMPANAS. PONLE UNA A CADA OVEJA. NO DEBE FALTARTE NI SOBRARTE NI UNA.
El nomio no tardó en encontrar el bote de campanas, y ya con un poco más de confianza, le amarró una campana a cada oveja. Ni le faltaron, ni le sobraron.
AHORA, CRUZA EL CAMINO Y VE SI EN EL CORRAL CERRADO HAY UNA OVEJA PARA CADA OVEJA QUE HAY EN EL CORRAL ABIERTO.
Afortunadamente, el nomio traía su plumón, y se le ocurrió marcar una oveja del corral abierto y otra del corral cerrado, y otra del corral abierto y otra del corral cerrado, y así hasta terminar con todas...
Pero sobraba una oveja en el corral cerrado, una oveja negra.
Un tanto agotado, el pobre nomio se sentó a un lado del camino, y abrió una vez más su mapa.
El nomio tuvo que ir a asomarse varias veces a cada corral, para asegurarse que por cada oveja había puesto una piedrita o una piedrota. Pero, finalmente se sentó frente a sus dos corrales. Estaba satisfecho. Volvió a consultar su mapa.
SACA LAS PIEDRAS DE LOS CORRALES Y FRENTE A CADA PIEDRITA PON UNA PIEDROTA.
Eso era fácil, eso lo podía hacer sentado ahí mismo. Alineó todas sus piedritas y frente a cada una colocó una piedrota, pero sobraba una.
"Claro," gritó el nomio. "¡Es la oveja negra!
HAS FORMADO UNA LÍNEA DE PIEDRITAS Y OTRA LÍNEA DE PIEDROTAS. CADA LÍNEA ES UNA CANTIDAD, Y CADA CANTIDAD TIENE SU NOMBRE, QUE ES UN NÚMERO. UNA PIEDRA SOLA ES UNA. UNA PIEDRA MÁS OTRA SON DOS. DOS PIEDRAS MÁS OTRA SON TRES. TRES PIEDRAS MÁS OTRA SON CUATRO. CUATRO PIEDRAS MÁS OTRA SON CINCO. CINCO PIEDRAS MÁS OTRA SON SEIS. SEIS PIEDRAS MÁS OTRA SON SIETE. SIETE PIEDRAS MÁS OTRA SON OCHO. OCHO PIEDRAS MÁS OTRA SON NUEVE. Y NUEVE PIEDRAS MÁS OTRA SON DIEZ. ...Y ASÍ HASTA NUNCA ACABAR.
AHORA, PONLE SU NÚMERO A TU LÍNEA DE PIEDRITAS, Y A TU LÍNEA DE PIEDROTAS.
"¿A ver?", dijo el nomio. "Una piedrita más otra son dos. Dos piedritas más otra son tres..." Tenía nueve piedritas y diez piedrotas.
YA PUEDES CONTAR, leyó el nomio en su mapa.
AHORA CUENTA LAS OVEJAS BLANCAS Y CUENTA LAS OVEJAS CAFÉS QUE ESTÁN EN EL CORRAL ABIERTO.
El nomio alineó cuatro piedritas que eran las ovejas blancas, y abajo de esas alineó otras cinco que eran las ovejas cafés. Eran todas sus piedritas. O sea cuatro mas cinco eran nueve.
YA PUEDES SUMAR
Y SI ENTRE ESTAS NUEVE OVEJAS HAY DOS QUE ESTÁN SUCIAS Y LAS SACAS DEL CORRAL, ¿CUÁNTAS TE QUEDAN?
"A nueve le quito dos,"dijo el nomio moviendosus piedritas. "Quedan... ¡siete! YA PUEDES RESTAR |
Y SI ESAS DOS OVEJAS SUCIAS SE ENOJAN PORQUE LAS SACASTE DEL CORRAL Y CADA UNA DE ELLAS TE DA TRES TOPES, HABRÁS RECIBIDO TRES TOPES POR DOS OVEJAS, O SEA...
¡seis topes! YA PUEDES MULTIPLICAR. |
Y SI LAS SIETE OVEJAS QUEQUEDARON EN EL CORRAL, LESREPARTES SIETE BULTOS DEALFALFA, A CADA UNA DE LASOVEJAS LE TOCARÁ...¡Un bulto!
YA PUEDES DIVIDIR.
Ah, ¡que bonito!, pensó el nomio mirando al cielo. Las nubes comenzaban a tornarse rosadas. Todo el día se le había ido en caminar y contar ovejas y piedras. Y aún no llegaba al País de las Matemáticas.
¿Cuánto faltaría?
YA CONOCES LOS NÚMEROS, PUEDES CONTAR, PUEDES SUMAR, RESTAR, MULTIPLICAR Y DIVIDIR. AHORA CAMINA HACIA LA PUESTA DEL SOL, Y BUEN VIAJE.
El nomio se levantó y caminó hacia el poniente. El sol lo deslumbraba, pero al cabo de un momento en el horizonte distinguió la silueta de la geometría con sus cubos y sus prismas. Y entre ellos veía algo como hilos plateados...
¿Sería posible? ¡Sí! ¡Eran las ecuaciones! El nomio dio un brinco de alegría, y se echó a correr. Además de contar, ahora iba a poder medir, pesar, calcular y hacer todas las cosas que se hacen con números. Por fin había entrado al País de las Matemáticas.