Por la televisión, los periódicos y las revistas ustedes ya habrán sabido algo de un personaje tan importante, que apenas podríamos imaginar cuántas de las cosas, consideradas normales en nuestra vida, se le deben. El futuro de la humanidad y nuestra manera de vivir serían muy diferentes si no existiera. Pero no se trata de una persona humana, no.
Es un producto de la naturaleza y se llama petróleo.
Para saberlo, vamos a averiguar qué es, de dónde viene y para qué sirve.
Ustedes ya saben que las diferentes etapas que los hombres han vivido a través de muchos miles de años se conocen como Edad de Piedra, Edad de Bronce, Edad de Hierro. Se las llama así por los materiales con que fabricaban, en cada una de ellas, sus instrumentos de trabajo y los utensilios caseros.
Nuestra época podría llamarse la Edad del Petróleo, porque utiliza esta materia como base en casi todas las actividades industriales y domésticas.
¿Saben cómo se vivía antes de que el petróleo se supiera aplicar?
Para el trabajo o el transporte, los hombres de la antigüedad empleaban diferentes fuerzas, esto es, energía. Empezaron usando la de su propio cuerpo, no sólo para construir sus casas, sino hasta para cargar a otros hombres que se decían superiores. Para navegar, muchos remeros movían con la fuerza de sus brazos los barcos llamados galeras. Ésta es la energía humana. Luego, domesticaron animales, como los caballos y los bueyes, para usarlos en su trabajo. Ésa es la energía animal. Para alumbrarse por la noche, prendían leños o teas; también usaban lámparas alimentadas con grasa y aceite de animales y plantas.
Cuando los navegantes pensaron que el viento podría mover sus barcos con mayor rapidez que los brazos, construyeron los veleros para aprovechar la energía del aire.
Mucho más tarde -en el siglo XVIII- descubrieron que el carbón de piedra, sacado de las minas, producía al arder un calor muy intenso, es decir, energía. Entonces inventaron aparatos para hervir agua y el vapor de la misma lo aplicaron para mover cargas pesadas, como trenes y barcos y también la maquinaria de las fábricas. Esa fue la que podríamos llamar Edad del carbón; pues él proporcionaba la energía necesaria para producir el vapor que hacía trabajar las máquinas. Con el uso de esta energía se inició la Revolución Industrial que cambió la forma de producir las cosas: para ello, en lugar de la fuerza humana o animal se comenzó a usar la de las máquinas.
En los últimos cien años el mundo se ha transformado con gran rapidez. El principio de ese gran cambio fue debido al uso de la energía eléctrica. Calles y casas se iluminaron con lámparas eléctricas (antes se habían iluminado con otras que se alimentaban con gas). Los tranvías se movieron también gracias a esa energía y ya no jalados por caballos.
Se inventaron el telégrafo, el teléfono, la radio y muchos otros aparatos que funcionan con electricidad. En 1859 se perforó el primer pozo de petróleo y por esa época se inventó el automóvil, cuyo motor funciona con gasolina. Y así, muchas otras cosas que cambiaron la forma de vida.
Ustedes están acostumbrados a ver y hasta a usar automóviles, aviones, refrigeradores,
estufas y calentadores de gas y muchos otros aparatos que hacen la vida más
cómoda. Saben que los coches y los aviones marchan con gasolina. Que sus llantas
son de hule sintético y ruedan por calles y carreteras pavimentadas con
chapopote. Pues bien, la gasolina y el chapopote
Hace unos 600 millones de años el mar cubría casi toda la Tierra; en
sus aguas vivían seres pequeñísimos: gusanos, caracoles y plantas marinas como
las algas.
(Muchos de ellos forman el hoy llamado plancton, que es el alimento
de otros animales más grandes; al morir, tanto la parte de este plancton que
no ha sido consumida como otros peces, caen al fondo del mar).
Hubo una época de grandes terremotos, en la que los movimientos transformaron
el lecho marino; porque lo iban cubriendo con lodo que resbalaba desde las montañas
hasta el mar. Este lodo se depositaba como sedimento en el fondo. Debajo
de esa capa sobrepuesta, quedaron millones de toneladas de restos de todos esos
seres.
Bajo la tierra sedimentaria, que se convirtió con el tiempo en roca, se fueron
descomponiendo y se transformaron en un líquido espeso y aceitoso: el petróleo.
Pero la corteza de la tierra seguía moviéndose sin cesar y se plegaba o sea,
se iba abultando; los terrenos que estaban debajo del mar surgieron así fuera
del agua, formando los continentes, con sus montañas y sus valles. Miles de
millones de toneladas de petróleo quedaron entonces bajo varias capas de terreno,
como guardado en rocas conformadas con agujeritos minúsculos, sólo visibles
con microscopio. ¿Se dan cuenta? El petróleo se fue haciendo durante millones
de años en la oscuridad subterránea.
Ese petróleo atrapado en las rocas, con otros temblores y terremotos subió en ciertos lugares hasta muy cerca de la superficie. Tanto, que fluía a veces como fuente y llegaba a formar pequeños lagos. Por eso, los hombres de la antigüedad, como los asirios y babilonios, lo descubrieron y comenzaron a aprovecharlo. ¿Cómo? Por ejemplo, para pegar las piedras y ladrillos de sus construcciones y para pavimentar caminos. En ese tiempo hace como seis mil años se le llamaba betún.
También se usaba para otras cosas. Por ejemplo, para que el agua no entrara en los barcos, hechos con tablas de madera, untaban todo con chapopote o betún. A eso se le llama calafatear y todavía se hace para proteger la madera y evitar que absorba el agua. Los egipcios lo usaban para engrasar pieles y hacerlas suaves y flexibles. En Veracruz, los indígenas pintaban sus esculturas con ese líquido; lo encontraban en las chapopoteras, o sea, en los lugares donde brotaba el petróleo como fuente. Chapopote viene de chapopoctli, palabra náhuatl.
En diversas épocas y en lugares muy diferentes se conoció el petróleo antes de que realmente se le encontrara un empleo adecuado. Los rusos de la región de Georgia, en el siglo XII, lo usaron para alumbrarse y curar la roña o sarna. Lo sacaban de pozos perforados, como los de agua. En Bucarest, Rumania, a mediados del siglo XIX se utilizaba para alumbrar las calles. En Alsacia, Francia, se lo refinaba y se sacaba grasa para las máquinas, carretas y diligencias, ya en 1857.
Como ven, con nombres diferentes, el petróleo ya estaba presente en la vida humana desde tiempos remotos. Inclusive una tribu indígena de los Estados Unidos, la de los sénecas, lo usaba para darse friegas y aliviar así dolores de muelas, reumatismo, golpes y torceduras. En la ciudad de Titusville, en esa misma región, un hombre que se hacía llamar "coronel" Drake, tuvo una idea: si salía a la superficie como el agua, era que venía también de las profundidades. Entonces perforó un pozo y, al llegar a los 23 metros, empezó a brotar petróleo. Con una bomba de mano, él y sus ayudantes lo sacaron y llenaron barril tras barril: ¡1 600 litros diarios!
En esos días lejanos lo envasaban en frasquitos y lo vendían en las farmacias.
También lo quemaban para alumbrarse en las oscuras noches. Una farmacéutico
de Pennsilvania comenzó a destilarlo. Esto quiere decir que, por medio de calor
y evaporación, le quitaba las sustancias que lo hacían tan espeso y lograba
"un líquido claro como el agua, que producía 10 veces más luz que una vela
y no echaba humo". Así se inventó el queroseno, abuelo de la gasolina.
Es muy importante darse cuenta de que el descubrimiento del petróleo, como muchos otros que ha aprovechado la gente, se fue elaborando a lo largo de miles de años en diferentes partes del planeta. En ello tomaron parte muchísimas personas. Pero ocurrió ese algo que hizo que la humanidad, la cual había vivido sin petróleo hasta fines del siglo XIX, comenzara a necesitarlo al grado de ya no poder vivir sin él.
Y ya saben qué fue: La invención del automóvil.
Recuerdan también que los coches y los tranvías se movían gracias a que los jalaban los caballos. Pues bien, inventores de varios países de Europa se propusieron fabricar un motor para sustituir a la energía animal y a las máquinas de vapor, que eran demasiado pesadas y voluminosas. Así, ensayando, fallando y volviendo a empezar, se logró en 1883, hacer funcionar un motor de explosión con queroseno.
Parece coincidencia que en una misma época se lograran tres descubrimientos: la electricidad, el motor de explosión y el petróleo, que son la base de miles más. La vida sobre la tierra ya no será la misma después de eso.
Y aquella sustancia oscura, formada durante millones de años y apenitas utilizada en la infancia de la humanidad, el petróleo, se convirtió, a partir de finales del siglo XIX, en la base de la actividad industrial.
Muy pronto, la luz eléctrica sustituyó a las velas y a las lámparas de queroseno. (Aunque en lugares aislados y pobres todavía se usan). Pero el automóvil fue perfeccionándose y se construyó en cantidades enormes. Para que funcionaran cada vez mejor sus motores, fue necesario refinar mejor el petróleo. Así se logró obtener gasolina más potente y otros productos. Y se necesitó extraer más petróleo cada día y organizar más industrias para transformarlo.
Pronto se hicieron motores de gasolina para muchos usos: camiones, tractores, aviones, buques, plantas de energía eléctrica, bombas de agua y muchos otros. El petróleo hizo también ricos a muchos hombres. Descubrir un yacimiento un lugar donde hay petróleo significaba hacerse millonario, pues apenas era suficiente el que se producía en los ya conocidos.
Los primeros yacimientos, o lugares donde está encerrado, que se explotaron
fueron los de la superficie.
Después, según se fueron agotando, fue necesario hacer perforaciones cada vez
más profundas; los ingenieros y los geólogos que investigan los terrenos,
estudiaron mucho para saber en qué sitios puede existir petróleo escondido.
Al principio se le encontraba por suerte y casualidad, pero esto fue cada vez
más difícil. ¿Cómo era posible saber en dónde había?
Al hombre le gusta descubrir los secretos de la naturaleza. Por eso, muchos químicos comenzaron a investigar este producto, el petróleo. Le encontraron aplicaciones que no sospechaban: no sólo servía como fuente de energía para los coches o para la calefacción, sino que dio origen a miles de productos. Quiere decir esto que es también una materia prima. Después, se organizaron grandes compañías, que pronto fueron dueñas de muchos pozos y de la mayoría de las industrias petroleras del mundo.
Hoy, muchos especialistas están dedicados a estudiar la tierra para buscarlo. Los geólogos exploran los terrenos, sus valles y montañas para saber de qué están hechas las piedras; porque sólo en donde hay rocas sedimentarias puede haber petróleo. Se hacen muchas otras pruebas; pero la principal consiste en provocar pequeños temblores de tierra con explosiones, cuyos ruidos se registran en cintas magnéticas, como las de los cassettes. Luego, esos sonidos se convierten en imágenes por medio de aparatos especiales (computadoras) y se logra una especie de fotografía de los terrenos profundos.
Al final de la exploración se comparan los datos de todos estos estudios y se hacen cálculos matemáticos. Los resultados dicen si hay posibilidades de encontrar yacimientos y si conviene perforar un pozo para averiguarlo. Todos estos análisis tardan años, son difíciles y costosos; pero es necesario hacerlos para no perforar inútilmente.
Para sacar el petróleo de su yacimiento, a veces tienen que perforarse miles
de metros, porque está muy profundo. Para ello, se colocan los taladros y tuberías
en torres muy altas que permiten sostener y manejar tubos hasta de 30 metros
de largo, cada uno. Cuando se llega al yacimiento, se quita la torre, se dejan
los tubos y se les conectan válvulas y llaves para controlar la salida del petróleo.
Así se evita que se desparrame por el suelo y se incendie.
Una vez que ya se está sacando el petróleo, se lo lleva a las refinerías o
a barcos cisterna por medio de tubos unidos; esto es lo que se llama oleoducto
y a veces mide cientos de kilómetros. En los barcos se lleva a países que lo
compran al que lo produce: o porque no tienen o porque necesitan más. En las
refinerías se elabora gasolina, aceites y otros productos, los cuales otras
industrias van a transformar después en muchos otros.
¿Qué otras cosas se obtienen del petróleo? Se calcula que es la base de cerca de 80,000 productos: hilos, telas y lanas sintéticas (que no son hechos de pelo o lana de animal); plásticos; tintes y colores; detergentes; abonos para la agricultura; cremas para las manos y shampoo; discos y películas; perfumes, explosivos, medicinas, insecticidas; hule sintético (no sacado de árboles o plantas) para hacer llantas, guantes, lanchas inflables, globos, tubos y ¡hasta violines! Y además, fíjense que, sin el petróleo, no habría trajes para los astronautas, ni viajes espaciales.
Los petroleros toman muchas precauciones al perforar y manejar los pozos, pues si hay algún derrame pueden producirse incendios terribles.
Sobre todo, porque donde hay petróleo siempre hay gas, que sube muy rápido
y arde muy fácilmente. (Es ese gas el que se usa en las estufas, calentadores
y encendedores).
El petróleo, que tantos beneficios puede traer, ofrece peligros que los científicos
tratan de evitar. Como el humo que produce la gasolina de los coches, el cual,
junto con otros gases dañinos, forma en el aire que respiramos el terrible esmog.
Cuando se derrama el cargamento de petróleo de algún buque o se descontrola
un pozo perforado en el mar, el agua se contamina y hace morir a las especies
marinas. Esto pone en peligro la convivencia natural entre ellas, o sea el equilibrio
ecológico. A esto se le busca remedio con dispersantes, sustancias que lo hacen
inofensivo.
¿Dónde hay petróleo? En muy pocas regiones. Los países en donde mayor cantidad existe en su subsuelo (o como se dice, con más reservas) son los Estados Unidos, la Unión Soviética y muchos de los países árabes, como Kuwait, Irán y Arabia Saudita. Desde hace poco se sabe que México ocupa el 5º lugar entre los países ricos en petróleo. Esto es muy importante, porque esta riqueza puede ayudar a nuestro país a resolver muchos problemas educativos, de salud, de vivienda y de trabajo.
Desde hace pocos años se han descubierto, por medio de aparatos, inmensas reservas
de petróleo. Esto gracias al trabajo y los conocimientos de muchos técnicos
nacionales que trabajan en esta industria llamada Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Nuestro gobierno quiere que ese petróleo se cuide porque es nuestra riqueza
más importante. Y por eso, no sólo deberá venderse sino, sobre todo, transformarse
en muchos de los productos que se pueden obtener de él, como ya vimos. Muchos
de estos productos derivados se compran ahora a otros países. Cuando nuestro
país pueda fabricarlos, podrá usar ese dinero en otras cosas necesarias.
Ahora ya tienen una idea de lo que es el petróleo, de cómo se formó, y para
qué sirve. Ya saben por qué, con él, cambió la vida de los hombres, y también
por qué es más importante usarlo como materia prima que como fuente de energía.
Por eso hay que cuidarlo y además porque, una vez agotado, tardaría en formarse
unos 500 millones de años.