Pregunta a tus amigos si alguien sabe meter un huevo duro dentro de una botella. Seguro que no. Pero verás que sí se puede. Y para hacerlo, necesitas lo siguiente: |
Primero enciende el papel y mételo dentro de la botella. Déjalo arder un poco y tapa la boca de la botella con el huevo.
Verás entonces que el huevo se alarga, se acomoda en el interior del cuello y entra poco a poco, hasta que por fin cae adentro.
No es magia, es ciencia. El papel, al arder, consume el oxígeno que está dentro de la botella.
Eso disminuye la presión del aire de adentro.
Entonces, como el huevo tapa la botella y no deja entrar más aire, el aire de afuera empuja el huevo hacia adentro.