El águila les dijo a los otros animales:
No se metan con los hombres, contra ellos no podemos hacer nada, porque son muy listos.
No es cierto rugió el león, a mí nadie me gana. Yo soy el rey y enseñaba sus garras presumiendo.
El león salió al monte buscando a un hombre para demostrarle que él era más valiente. Se encontró uno que estaba cortando leña.
¡Te voy a comer! le amenazó.
¿Por qué? Yo no te he hecho nada. Siquiera espérame a que acabe de cortar mi leña.
El hombre dio un golpe fuerte con su hacha y ésta se quedó atorada.
Tú que eres tan fuerte le dijo al león, ayúdame a sacar mi hacha.
El león quiso sacar el hacha, y la pata se le quedó atorada. Mientras tanto, el hombre huyó.
El león regresó y les dijo a los otros animales:
De veras que no podemos con los hombres, son muy listos.
Por eso es que, hasta la fecha, los leones no molestan a los hombres, les tienen miedo.