La selva

Título de la colección

Un viaje por la selva

Imagina que al abrir este libro, inicias un recorrido por un lugar donde crecen muchísimos árboles de gran tamaño, además de plantas y flores de hermoso colorido...

Hay animales que hacen ruidos por todas partes, pero no es fácil verlos, pues algunos son muy pequeños, otros están escondidos o andan trepados en los árboles.

En esta imagen se ve un paisaje con mucha vegetación.

Aunque parezca difícil de creer, aquí vive la mayor variedad de las plantas y los animales que habitan la tierra.

La mayoría de la gente conoce este sitio como la selva, y aunque existen varios tipos de ella, en estas páginas te hablaremos sólo de la selva tropical húmeda y la selva baja, que abarcan parte de nuestro territorio nacional.

 

En esta imagen se ve una selva. Hay distintos tipos de árboles y plantas.

La selva tropical húmeda

Empezaremos el viaje por la selva tropical húmeda, lugar donde hace calor lo mismo durante el día que en la noche, sin importar la época del año.

Tal vez en el sitio donde vives llueve sólo unos meses y después empieza la temporada de secas. Pues aquí ocurre algo distinto: la lluvia cae durante la mayor parte del año, con intensidad variable, que va desde lloviznas cortas, hasta fuertes tormentas acompañadas de vientos y relámpagos.

 

En esta imagen vemos una tormenta. Las lluvias hacen que la selva tropical siempre esté llena de agua.

La abundancia de las lluvias ocasiona que la selva tropical siempre esté llena de agua. Alguna puede verse a simple vista, como la que corre por los ríos y arroyos.

En cambio, no podemos ver el agua que el suelo absorbe para formar un río subterráneo. Tampoco es fácil distinguir el líquido que almacenan las raíces de las plantas o el agua que se convierte en vapor y flota en el aire, dando humedad al ambiente.

 

En esta imagen vemos una parte de la selva tropical. Hay mucha agua, esta es muy importante ya que contribuye a que el suelo selvático sea muy fértil. Por eso vemos tanta vegetación.

El agua es importante, pues contribuye a que el suelo selvático sea fértil. Esto es posible porque continuamente caen hojas, frutos y hasta ramas de los árboles para formar una capa que cubre el suelo. Entonces entran en acción bacterias pequeñísimas, que ayudadas por lo húmedo del ambiente, pudren en poco tiempo esa capa vegetal, lo cual permite que las sustancias nutritivas regresen al suelo y sirvan de abono natural a nuevas plantas. A esta capa de materia orgánica muerta se le llama humus.

 

Aquí vemos lo que se llama humus, constantemente caen al suelo, hojas, frutos y ramas de árboles que forman una capa que cubre el suelo, ayudados por la humedad se forma esta capa de materia orgánica.

Gracias a la combinación de calor, agua y suelo fértil, la selva permite que muchas especies vegetales encuentren lo necesario para crecer con abundancia. Así es posible identificar miles de plantas y árboles distintos; desde pequeños musgos hasta árboles de altura gigantesca.

La vegetación exuberante es indispensable para la selva tropical, ya que las raíces evitan que la lluvia o el viento arrastren la capa fértil del suelo, además de que ofrece alimento y refugio a los animales; de ahí que en la selva también exista la mayor variedad de éstos sobre la tierra.

 

Aquí vemos que la vegetación abundante es muy importante  ya que así se evita que el agua o el viento arrastre la capa fértil del suelo, y ofrece alimento y cobijo a los animales como vemos en esta imagen.

Otro nombre que se da a este ecosistema es selva siempre verde, debido a que algunas especies de árboles conservan sus hojas más de un año y otras no las pierden al mismo tiempo, sino en temporadas diferentes. Así, mientras a unos árboles se les caen las hojas, a otros les retoñan. Como los nuevos brotes crecen en poco tiempo, la selva conserva su verdor.

Esto la distingue de otros ecosistemas, donde los árboles se quedan sin hojas en la sequía y retoñan hasta que llueve otra vez.

 

En esta imagen vemos una selva desde arriba, hay muchos árboles algunos no tienen hojas, esto pasa en las selvas tropicales, mientras unos árboles  se les caen a otros les retoñan.

Ubicación de la selva tropical

 

Aquí vemos una imagen del mundo, se señala dónde se ubican las selvas tropicales, en los trópicos y el Ecuador.

Existen pocas regiones en el mundo donde las condiciones del clima permiten el desarrollo de la selva. Dichas regiones se ubican entre los trópicos y el ecuador, que son líneas imaginarias que dividen el mapa de la tierra en zonas. Podemos ubicarlas fácilmente, pues el trópico de Cáncer se encuentra al norte del planeta, el ecuador en el centro y el trópico de Capricornio al sur.

Las zonas que se encuentran entre los trópicos reciben mayor energía solar que cualquier otra parte del mundo, pues los rayos del sol caen casi de forma directa sobre ellas.

 

En esta imagen se ve a los Trópicos, la temperatura de la región intertropical es más alta, por esta razón el aire se calienta para convertirse en vapor y al subir al cielo se enfría formando esta franja de nubes que provocan las abundantes lluvias.

Lo anterior ocasiona que la temperatura en la región intertropical sea más alta que en el resto del mundo. Debido a ello, el agua se calienta para convertirse en vapor y subir al cielo, donde se enfría formando una ancha franja de nubes que generan abundantes lluvias.

Es así que se dan dos características indispensables para que crezca la selva: altas temperaturas y lluvias constantes.

 

En esta imagen ve el mapa del mundo, se ve que la mayoría de las partes selváticas están en México, Brasil, África y Oceanía.

La mayoría de terrenos selváticos se localizan en el continente americano, en un área situada entre México y Brasil. También es posible ubicarla en ciertos países de África, Asia y Oceanía.

 

Aquí vemos las extensiones de selva en México. Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

México cuenta con extensiones de esta vegetación en algunas zonas del sur del país, como Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

Una de nuestras regiones selváticas de mayor importancia es la selva lacandona, ubicada en Chiapas. Su nombre se debe a un grupo de mayas llamados lacandones, quienes la habitan desde hace mucho tiempo.

Los estratos de la selva

Si te pararas en medio de la selva, verías que está dividida en tres capas o estratos de vegetación, cada una con diferencias respecto a la temperatura, la cantidad de luz y la de agua que reciben.

Aunque es posible distinguir una capa de otra, las tres se relacionan entre sí como partes del mismo ecosistema. Para explicarte esta división, hablaremos de los estratos, uno a uno: el emergente, la bóveda y el monte bajo.

 

La selva está dividida en tres capas de vegetación: Emergente, bóveda y monte bajo. La capa emergente es donde están los árboles más altos. A veces es difícil identificar de qué especie son ya que sus hojas y frutos están a gran altura.

Empezaremos por la capa superior o emergente, donde destacan las copas de los árboles más altos, que llegan a medir 45 metros y crecen alejados unos de otros. Con frecuencia es difícil identificar la especie a que pertenecen, pues sus hojas, flores y frutos se encuentran a gran altura.

La mayoría de los troncos de estos gigantes, no son muy anchos y una vez que sobresalen de la copa de los árboles de menor tamaño, extienden sus ramas. Entre ellos se encuentran la ceiba, el cedro, la caoba y el chicozapote.

 

La mayoría de los troncos llegan a medir hasta 45 metros y no soy muy gruesos. Entre ellos se encuentran la ceiba, el cedro, la caoba y el chicozapote.

Aquí la temperatura es muy alta. Por ello, aunque los árboles gigantes son los primeros en recibir la lluvia, ésta se evapora con rapidez. Sin embargo, sus hojas son pequeñas y duras, así logran absorber y acumular el agua.

 

La temperatura en esta capa es muy alta.  Y aunque la lluvia llega a mojar la parte alta de los árboles ésta se evapora con rapidez, a pesar de esto sus pequeñas hojas que son muy duras, sí logran absorber y acumular el agua.

El viento sopla con enorme velocidad, moviendo las copas de los árboles de un lado a otro; durante algunas tormentas, puede ser tan fuerte como para derribarlos. Sin embargo, la mayoría de árboles gigantes tiene unas salientes en la base de su tronco, llamadas contrafuertes, que como si fueran raíces endurecidas y gruesas detienen al árbol, pues le ayudan a distribuir su peso.

Así, a pesar de que sus raíces no son profundas, el árbol tiene mayor estabilidad y resiste a la fuerza del viento.

 

En esta imagen vemos las contrafuertes, que son estas salientes en la base de los árboles, ellas detienen al árbol, pues lo ayudan a distribuir su peso.

Las ramas de los árboles más altos son débiles, aún así son el lugar preferido de algunos animales. Los más comunes son las aves de rapiña como el halcón gris, el águila arpía, la lechuza y el búho. Todas ellas son carnívoras y bajan continuamente para cazar su alimento.

 

En esta imagen vemos al halcón gris, el águila arpía, la lechuza y el búho. Estos animales viven en las copas de los árboles más altos.

Bajo la capa emergente se encuentra el siguiente estrato, la bóveda. En éste, la temperatura disminuye un poco, lo mismo que la intensidad del viento. En cambio, aumenta la humedad del ambiente.

Allí abundan árboles que miden entre diez y treinta metros de altura y crecen muy cerca unos de otros, de manera que sus ramas no pueden extenderse mucho. Algunos de ellos son el mamey, el ramón, el palo de Campeche, el jabín y el zapote.

 

En esta imagen vemos la bóveda, la capa que se encuentra en el siguiente estrato. Aquí la temperatura disminuye y aumenta la humedad. Abundan los árboles de entre diez y treinta metros de altura. Algunos de estos árboles son: el mamey, el ramón, el palo de Campeche, el jabín y el zapote.

Estos árboles son el lugar ideal para los animales que pueden colgarse de las ramas; tal es el caso del mono araña, el perezoso y el oso hormiguero, quienes se columpian con facilidad de un árbol a otro utilizando su cola como si fuera un brazo más, incluso se sostienen con ella mientras buscan alimento.

En la bóveda también encuentran su alimento la ardilla, el murciélago y el mono saraguato. Ellos están muy bien adaptados a vivir en lo alto, así que no necesitan bajar al suelo.

 

En esta imagen vemos a los animales que viven en este estrato: la ardilla, el muerciélago, el mono sarahuato.

En los árboles selváticos no pueden faltar aves como el tucán, la guacamaya y el perico cabeza amarilla, que son muy apreciadas por los colores de sus plumajes.

Algunas más son la codorniz, el pájaro carpintero, el colibrí y el trogón.

 

También vemos en esta imagen a las aves que habitan en la bóveda: tucán, guacamaya, perico cabeza amarilla, el codorniz, el pájaro cartintero, el colibrí y el trogón.

Los insectos son un caso especial, ya que pueden volar por lo alto, estar pegados a los troncos o cerca del suelo. En la selva tropical hay una enorme variedad, como luciérnagas, mariposas, hormigas, avispas, grillos y muchísimos más.

Lo mismo que otros animales selváticos, los insectos son muy importantes para la existencia del ecosistema. Un ejemplo de su función, es que al llevar el polen de unas flores a otras, colaboran en su fecundación.

 

En esta imagen vemos algunos insectos. Los insectos son muy importantes aquí como en todos los ecosistemas para colaborar con llevar el polen de unas plantas a otras.

Otro ejemplo de la importancia de los animales en este ecosistema, lo dan los murciélagos, aves y monos que se alimentan de frutos, pero no pueden digerir las semillas que éstos contienen y las arrojan entre sus excrementos. Así, las transportan de un lugar a otro, aumentando sus posibilidades de germinación.

El viento cumple una función similar cuando arrastra frutos llenos de semillas, que pueden caer hasta el suelo o quedarse en huecos formados entre las ramas de un árbol. Si allí encuentran un poco de tierra y humedad, germinarán plantas que crecen sólo en la selva.

Tal es el caso de las plantas epífitas, trepadoras y estranguladoras.

 

En esta imagen vemos a las epífitas que son plantas que viven en las ramas horizontales. Viven bajo la copa de los árboles, esto les sirve para protegerse del viento, tener sombra cuando el sol es muy intenso.

Las plantas epífitas viven en ramas horizontales, bajo la copa de los árboles. Esto les permite protegerse del viento, tener sombra cuando los rayos del sol son intensos y recibir con abundancia el agua de la lluvia.

Entre ellas se encuentran musgos, helechos y una gran variedad de orquídeas, muy apreciadas por sus formas y colores.

 

Aquí vemos musgos, helechos y gran cantidad de orquídeas.

Las trepadoras, también llamadas lianas o bejucos, son plantas con tallos delgados y flexibles, que se enredan al tronco de un árbol para subir hasta encontrar la luz del sol.

Una vez arriba, desarrollan copas espesas que se unen a las de los árboles cercanos.

 

Aquí vemos a las trepadoras también llamadas lianas o bejucos. Son plantas con tallos flexibles y delgados, que se enredan al tronco de un árbol para subir hasta encontrar la luz del sol.

En su camino hacia lo alto, los troncos de las trepadoras se detienen de las ramas de su alrededor y quedan colgando de ellas. De esta forma, se enlazan varios árboles, a veces con tanta fuerza, que aún cuando se corte el tronco de uno de ellos, éste no cae.

También es posible lo contrario: que al cortar un árbol, caigan con él varios más, pues estaban amarrados por las trepadoras.

 

Las estranguladoras o matapalos con estas plantas que vemos. Crecen sobre los árboles, nacen como plantas pequeñas que se desarrollan sobre una rama, después se hacen muy fuertes y sus raíces bajan hasta el suelo.

Las estranguladoras o matapalos, son árboles que crecen sobre otros árboles. Nacen como pequeñas plantas que se desarrollan sobre una rama; con el tiempo ganan fuerza y sus raíces bajan hasta el suelo, del cual toman más sustancias nutritivas.

Gracias a esto, los tallos de la estranguladora se engrosan y se enredan en el árbol que les sirve de apoyo. Después, le crecen ramas y hojas.

 

Aquí vemos a las estranguladoras enredadas en el tronco de un árbol.

En consecuencia, el árbol de apoyo deja de recibir la luz del sol. Además, la estranguladora absorbe toda el agua disponible y presiona al tronco, hasta que el árbol muere. Debido a la humedad, éste se pudre en poco tiempo y solo queda un hueco en su lugar.

Estas plantas producen unos frutos parecidos a los higos, que sirven de alimento a muchos pájaros, monos y murciélagos.

 

Las estranguladoras dan unos frutos parecidos a los higos. Esto sirve de alimento como vemos en la imagen  a monos, pájaros y murciélagos.

Las copas de los árboles que conforman la bóveda están casi unidas unas con otras y forman una especie de techo que cubre a las plantas más pequeñas.

Sin embargo, este techo de ramas y hojas no está completamente cerrado, sino que tiene agujeros, por donde deja pasar luz solar y agua de las lluvias hasta el suelo, aunque ambas llegan en menor cantidad que en las alturas.

 

Aquí vemos lo que se llama: monte bajo. Está muy cerca del suelo, aquí el clima es muy diferente, llega poca luz, pero hay más humedad ya que los árboles evitan que ésta se evapore.

Por esta razón, existe un tercer estrato: el monte bajo, muy cerca del suelo, donde el clima es diferente. Aquí llega poca luz, pero hay mayor humedad, pues el agua tarda más tiempo en evaporarse y los árboles evitan que el vapor suba al cielo con rapidez.

Aquí el aire apenas se mueve, la temperatura es elevada y casi no varía. El suelo está cubierto por hojas en descomposición y sobresalen algunas flores de intensos colores.

 

En esta imagen vemos que el monte bajo es oscuro, en él se desarrollan muy bien los hongos, helechos y arbustos pequeños de hojas anchas y grandes.

Debido a lo escaso de la luz, la plantas tienen cierta dificultad para crecer, aunque hay algunas que se desarrollan muy bien a la sombra, como es el caso de los hongos, helechos, arbustos pequeños y plantas de hojas grandes y anchas.

Los árboles y palmeras del monte bajo llegan a medir tres metros como máximo. En este lugar también, inician su vida los árboles que alcanzan grandes alturas, pero posteriormente se adaptan a los cambios climáticos de los demás estratos.

 

Debido a la poca luz que hay es difícil crezcan todo tipo de plantas, en esta imagen vemos a las hojas anchas que hay y flores de intensos colores.

La cantidad y el tipo de vegetación del monte bajo cambian al formarse un claro. Esto ocurre cuando caen varios árboles altos, dejando un espacio por donde los rayos del sol y la lluvia llegan hasta el suelo con intensidad. Así, crecen con abundancia arbustos, plantas pequeñas y árboles de madera suave.

Después de un tiempo, los árboles cercanos cierran la entrada de luz, pero pasan muchos años antes de que la vegetación del lugar sea igual a la del resto de la selva tropical.

 

La vegetación del monte bajo cambia al formarse un claro, esto ocurre cuando caen varios árboles altos dejando espacio para que pasen los rayos del sol  y la lluvia. Así crecen arbustos, plantas pequeñas y árboles de maderas suaves.

La mayoría de animales que viven en el suelo se mueven sin hacer ruido para evitar ser vistos, así pueden cazar con mayor facilidad y esconderse de sus depredadores o enemigos naturales.

Algunos de menor tamaño son el agutí, el paca, el coatí, el tejón y el guaqueque. Otros más grandes son el tapir, el venado temazate, el jabalí y el armadillo. También están los carnívoros como el ocelote y el jaguar.

Entre los reptiles, es posible encontrar al camaleón, la iguana y la lagartija, además de la boa, la culebra verde, la víbora de cascabel y la nauyaca.

 

En este lugar podemos encontrar que habitan el coatí, el tejón, tapir, venado temazate, jabalí, armadillo, ocelote, jaguar, la víbora de cascabel y la nauyaca.

Existen animales que prefieren dormir durante el día y salir a buscar alimento en las noches. Algunos de ellos son el tlacuache, la tuza, el zorrillo, el tepezcuintle y el mapache, lo mismo que el búho.

Todos ellos son capaces de ver bien en la oscuridad, así que llenan de actividad la selva por las noches.

 

En el monte bajo habitan también tlacuaches, tuzas, mapache, búho. Durante la noche salen de sus madrigueras ya que pueden ver perfectamente en la oscuridad.

Para completar el paisaje de la selva tropical sólo faltan los ríos, que se deslizan por largos terrenos y reciben mucha luz. Gracias a ella, en sus orillas crecen numerosas plantas. A veces, los ríos se desbordan e inundan el suelo a su alrededor, brindándole sustancias nutritivas.

En ellos habitan distintas variedades de peces y moluscos, el enorme cocodrilo, la nutria, así como ranas, sapos y tortugas.

 

En la selva tropical también hay ríos, que corren por largos terrenos y reciben mucha luz, esto hace que en sus orillas crezcan muchas plantas. En ellos habitan peces y moluscos, cocodrilos, nutrias, ranas, sapos y tortugas.

La selva baja

 

Esta es la imagen de un selva baja. En México existen este tipo de selvas en lugares de alta temperatura, en laderas y cerros. Los árboles ahí miden entre cinco y doce metros. Pueden encontrarse árboles como el  copal, palo blanco y cuajijote.

Este otro tipo de selva también es común en México, en lugares donde la temperatura es alta. Se localiza con frecuencia sobre laderas de cerros, donde el suelo es pedregoso y poco profundo. Los árboles que crecen allí miden entre cinco y doce metros como máximo; los más comunes son el pochote, el copal, el cuajiote, el palo blanco y el torote.

En la selva baja sólo hay dos estratos. El primero está constituido por arbustos, musgos y helechos, pero son escasos pues aun cuando los árboles dejan pasar poca luz hasta el suelo, no hay lluvias constantes, lo que impide el desarrollo de la flora. En algunas regiones también se desarrollan cactáceas.

 

En este tipo de selvas sólo hay dos estratos. Uno lo constituyen arbustos, musgos y helechos, pero son escasos pues no hay lluvias constantes. También puede haber cactáceas.

El segundo estrato lo conforman los árboles, cuyos troncos delgados y retorcidos ramifican a corta altura, formando anchas copas que se unen en un techo verde del mismo nivel.

Sus cortezas tienen colores amarillentos o grisáceos brillantes, mientras que sobre sus ramas crecen algunas plantas trepadoras y epífitas.

 

El segundo estrato lo conforman árboles de troncos delgados y retorcidos que ramifican y se unen unos con otros.

Una característica representativa de este ecosistema, es la presencia de una época seca que se prolonga por más de seis meses. Durante ella, los árboles pierden sus hojas y desaparece la humedad.

Así, se distinguen de inmediato las diferencias en el paisaje, ya que en la época de lluvias la vegetación es verde y frondosa, en tanto que en la temporada seca todo se ve gris y árido.

 

En esta imagen se ve un paisaje árido ya que en la selva tiene una característica representativa, es la época de sequía que se prolonga hasta por seis meses. Durante este tiempo se seca todo y se pone gris.

Entre la fauna de la selva baja se encuentran el puma, el venado cola blanca, el coatí, el zorro gris y el jabalí. Las aves más comunes son la chachalaca, los colibríes y las cotorras.

 

En esta imagen vemos a la fauna que habita en estas selvas. Puma, venado cola blanca, coatí, zorro gris y el jabalí. También hay algunas aves como el colibrí, chachalaca y cotorra.

La selva baja ocupa grandes extensiones de terreno, desde Sonora y Chihuahua hasta Chiapas. Entre los estados donde se desarrolla, podemos mencionar Baja California, San Luis Potosí, Nayarit, Querétaro, Veracruz, Yucatán y Guerrero.

 

En esta imagen vemos un mapa de la República mexicana, señalando los lugares donde hay selva: Sonora, Chihuahua, Chiapas, Baja California, San Luis Potosí, Nayarit, Querétaro, Veracruz, Yucatán y Guerrero.

Debido a la pobreza del suelo, así como a la larga temporada de sequía y a la falta de cualidades madereras de los troncos, la selva baja ha sido menos afectada por las actividades del hombre que otros ecosistemas. Aún así, se ha encontrado la manera de explotarla. Un ejemplo es el cultivo de henequén en Yucatán, sembrado en terrenos donde anteriormente existía selva baja.

Hoy, esta planta casi no se cultiva, sin embargo, hace tiempo se obtenían de ella fibras para hacer cuerdas y costales.

 

En esta imagen vemos algunas plantas de henequén, antes se cultivaba  esta planta en Yucatán, de ella se obtenía una  fibra para hacer cuerdas y costales.

En algunos lugares se desmonta el terreno de la selva baja, para cultivar allí maíz, frijol, garbanzo y ajonjolí, lo mismo que algunos árboles frutales de clima caliente.

También es frecuente que se deje pastar libremente a los ganados o la siembra de pastos para alimentarlos.

 

En esta imagen vemos al ganado pastando.

Un ejemplo más de la forma en que se explota la selva baja, es el uso de la madera en la fabricación de artesanías, muebles, casas o combustible. Además, de la corteza de algunas especies de árboles se extraen unas sustancias llamadas taninos, empleadas para curtir pieles.

Aun cuando le selva baja y la selva tropical son explotadas por el ser humano, la selva baja no corre tanto riesgo como la tropical, por eso, a continuación te hablaremos más explícitamente sobre esta última.

En esta imagen vemos algunas artesanías hechas con madera que se aprovecha de estas selvas. Se usa para hacer artesanías, muebles y de algunos árboles se extrae una sustancia llamada taninos, que sirve para curtir piel.

La importancia de la selva

Las selvas tropicales del mundo brindan beneficios a todos los seres vivos, aunque vivan alejados de este ecosistema. Se dice que son los pulmones del planeta, pues limpian el aire que respiramos de un gas llamado bióxido de carbono, que producen los escapes de los automóviles, las fábricas, los incendios y hasta nosotros mismos al respirar.

Cuando hay demasiado en el aire, este gas es muy perjudicial. Si te colocaras unos minutos cerca del humo de una fogata podrías sentirlo, pues el exceso de bióxido de carbono y la falta de oxígeno, provocarían que te lloraran los ojos y no pudieras respirar.

 

En esta imagen vemos un par de niños a los que les lloran los ojos ya que han estado expuestos al bióxido de carbono  de una fogata. Las selvas nos sirven ya que producen oxígeno y limpian el aire que respiramos.

Las hojas de la plantas y de los árboles absorben el bióxido de carbono del aire para mezclarlo con el agua y las sustancias nutritivas que toman del suelo; al combinar esta mezcla con luz, producen su alimento. Este proceso se llama fotosíntesis.

Durante él, el bióxido de carbono se transforma en oxígeno, gas que necesitamos para respirar. Debido a la abundancia de vegetación de la selva, en ella se producen grandes cantidades de oxígeno para todo el planeta.

 

En esta imagen vemos cómo los árboles en las selvas transforman el bióxido de carbono en oxígeno, durante el proceso de la fotosíntesis.

Las selvas también son útiles porque evitan que las lluvias excesivas erosionen el terreno selvático y algunos cercanos, ya que la vegetación agarra el suelo entre sus raíces, evitando que el agua lo arrastre y se lleve la capa fértil. Además, como recordarás, en la selva tropical siempre hay agua, que se evapora continuamente. De esta forma se generan nubes y lluvia, lo cual es importante para el clima de todo el mundo.

 

Además de la importancia que tiene las selvas por la formación de oxígeno es porque evitan la erosión ya que la vegetación agarra sus raíces y con esto se evita que el agua de la lluvia arrastre el suelo fértil.

Varias de la frutas que comemos, provienen de árboles selváticos, que ahora el hombre cultiva para enriquecer su alimentación. Algunas de ellas son el aguacate, la papaya, el mamey, el plátano, la piña y el zapote.

 

En esta imagen vemos algunos frutos que vienen de la selva: piña, plátano, aguacate, zapote, papaya, mamey.

Durante varios años, la hevea, un árbol selvático, cobró gran importancia, pues al hacer un corte en su tronco, se obtenía una sustancia elástica llamada caucho, utilizada para fabricar artículos de tocador y llantas para automóvil. En la actualidad el caucho se sustituyó por el petróleo en la producción de éstos artículos.

La misma técnica de extracción se usa para obtener la base de la goma de mascar o chicle de los árboles de zapote y chicozapote.

 

En esta imagen vemos cómo se obtiene el caucho. Del árbol de hevea. Este mismo proceso se lleva a cabo para sacar la base de goma de mascar, de los árboles de zapote y chicozapote.

La madera de algunos árboles selváticos se usa para obtener papel y combustible, así como en la construcción de casas y diversos muebles.

Un caso especial es el de la caoba, el cedro y el ébano, cuya madera es muy apreciada por los constructores de muebles por ser dura, resistente y bonita. Debido a ello, se les dice maderas preciosas y su precio es elevado.

 

En esta imagen vemos lo que se hace con la madera  de los árboles de caoba, cedro y ébano.

Un ejemplo más de la utilidad de ciertas plantas selváticas, es la obtención de sustancias curativas, empleadas en la elaboración de medicinas. Algunos científicos investigan las propiedades de nuevas plantas, tratando de encontrar remedio a ciertas enfermedades hasta hoy incurables.

Otro recurso extraído de la selva es la planta camedora o xate, que se obtiene en el monte bajo y se vende para servir de adorno en arreglos florales y puestos de comida.

 

Aquí vemos que la selva además proporciona plantas de uso medicinal, los científicos investigan las propiedades de nuevas plantas.

Pero... la selva tropical tiene problemas

A pesar de los múltiples beneficios brindados por la selva tropical al hombre, muchas personas la perjudican agotando sus recursos. Así, en pocos años se perdió casi la mitad de los terrenos selváticos del mundo. Además, cada día se destruyen tantos como para temer que este ecosistema desaparezca en breve tiempo.

Entre las causas se encuentra la tala de árboles y la quema de vegetación para aprovechar el suelo en el cultivo de maíz, caña de azúcar, café o pastos para alimentar los ganados.

 

En esta imagen vemos que la selva corre peligro ya que el hombre tala los árboles para obtener maderas preciosas y además quema la vegetación para aprovechar el suelo en el cultivo de maíz, caña de azúcar y café. También hace uso del pasto para alimentar al ganado.

Además el hombre tala los árboles buscando obtener maderas preciosas. Y lo hace mal, pues para facilitar su trabajo, los taladores cortan todos los árboles de una zona, luego identifican a los de precio más elevado y el resto lo venden para la fabricación de papel, en lugar de hacer una selección razonada antes de talar.

Esto ocasiona la pérdida de árboles que tardarán muchos años en volver a crecer, además de la desaparición de plantas que ni siquiera se han investigado aún.

 

Aquí vemos cómo lamentablemente el hombre en su afán de conseguir maderas preciosas tala los árboles sin sentido luego hacen la selección de los árboles de maderas preciosas, quedando como vemos en la foto muchos árboles tirados y que tardan tantos años en crecer.

Lo que no saben quienes tratan de aprovechar la selva para la agricultura, la ganadería o la maderería, es que al eliminar los árboles y la vegetación, el viento o la lluvia arrastran la capa de hojas y frutos que cubre el suelo, así que éste se erosiona rápidamente.

Por ello, el suelo pierde su riqueza y en poco tiempo las cosechas son tan malas que se debe abandonar ese terreno. Sin embargo, aunque se deje de sembrar allí, a veces el suelo queda tan gastado que ya casi nada puede crecer en él.

Así, donde existía verdor y vida por todas partes, sólo queda un espacio árido y estéril.

 

Aquí en esta imagen vemos cómo la tala inmoderada provoca que el suelo se dañe y no crezcan más plantas en él.

La disminución de árboles y de vegetación ocasiona otro problema: el aumento de bióxido de carbono, puesto que hay menos plantas que lo absorban y lo transformen en oxígeno. Así, dicho gas se acumula formando una nube sobre la tierra, lo que es muy dañino pues no permite la salida del calor generado por los rayos del sol.

Lo anterior ocasiona que se eleve la temperatura en todo el planeta. Este aumento causa el calentamiento de los suelos, y en consecuencia, que algunas cosechas se quemen y disminuya la cantidad de alimento para la población del mundo.

 

En esta imagen vemos una milpa y un campesino. La consecuencia de la pérdida de los árboles será que aumenta el bióxido de carbono ya que no hay plantas que lo absorban y lo transformen en oxígeno, este bióxido de carbono se acumulará y esto ocasiona que las temperaturas se eleven y se caliente el suelo. En consecuencia, las cosechas se quemarán y no habrá suficiente alimento.

Esto es más preocupante aún porque debido a la pérdida de tantos árboles selváticos, disminuyen las lluvias en todo el mundo, ya que se reduce el vapor de agua que forma las nubes. Como resultado, son afectadas las cosechas y el clima mundial.

Ante todo esto, es evidente que el único enemigo de la selva tropical es el hombre, que en su afán de obtener ganancias económicas, prefiere destruirla que preservarla. Así, la selva desaparece cuando se construyen en su lugar carreteras, presas o aeropuertos. En otras ocasiones se acaba con ella por descuido, durante los incendios accidentales.

 

En esta imagen vemos un aeropuerto rodeado de carreteras. El hombre en su lucha por obtener ganancias económicas, prefiere destruir las selvas para construir carreterras, presas y aeropuertos.

Los primeros afectados por las acciones destructivas del hombre, son los animales que habitan la selva, pues pierden su hogar y su alimento. Algunos se marchan en busca de otro lugar para vivir, pero aunque lo encuentren, es difícil que se reproduzcan en él. Otros no soportan el cambio y mueren. Tal es el caso de la guacamaya, el águila arpía y el tucán, que están en riesgo de extinción.

Además, varios animales son perseguidos por los cazadores, quienes los atrapan para venderlos como mascotas o comerciar con su carne y su piel.

Esa es la principal razón por la cual están amenazados el mono araña, el armadillo, el tepezcuintle, el cocodrilo y el jaguar.

 

En esta imagen vemos algunos de los animales que están en peligro de desaparecer ya que el hombre los persigue para cazarlos. El el mono araña, el armadillo, el tepezcuintle, el cocodrilo y el jaguar.

¿Qué podemos hacer?

En esta imagen se ve un grupo de gente tratando de hacer conciencia para preservar la vida de la selva.

La rápida desaparición de las selvas tropicales es algo que preocupa a las personas interesadas en el medio ambiente, ya que le está causando serios problemas a todo el planeta.

Por ello, se buscan soluciones para conservar las especies animales y vegetales que viven en este ecosistema. Una de ellas es negarse a comprar pieles, plumas o carne de los animales perseguidos por los cazadores, pues si éstos no encuentran compradores, amenazarán a sus presas cada vez menos.

 

Aquí vemos unos hombres plantando árboles. Este sería otro recurso para salvar el suelo de la selva. Talar menos árboles y reforestar.

Un recurso más sería emplear el suelo de la selva para los cultivos sólo durante una o dos cosechas y luego desmontar otro terreno alejado. Con ello, el suelo puede recuperar su riqueza después de un tiempo, así, es posible que se desarrolle de nuevo la vegetación selvática.

Otra manera de utilizar racionalmente los recursos de la selva, es talar menos árboles y reforestar las zonas taladas para que crezcan nuevos.

 

En esta imagen vemos un mapa de la República mexicana, vemos dónde hay zonas de resguardo ecológico, éstos son: Montes azules en Chiapas, Calakmul en Campeche y Sian Ka´an en Quintana Roo.

La opción más generalizada es la creación de zonas de resguardo ecológico, en las cuales se intenta proteger a plantas y animales, evitando la tala excesiva y la cacería. Además, se pretende aprovechar los recursos del lugar sin afectar su equilibrio.

En México, son ejemplos de estas zonas: Montes Azules, en Chiapas; Calakmul, en Campeche y Sian Ka´an, en Quintana Roo.

También podríamos aprender de nuestros antepasados quienes establecieron varias ciudades en medio de la selva tropical y supieron aprovechar lo que ésta les ofrecía sin afectarla. Aún podemos admirar las ruinas de algunas de ellas, como Bonampak y Palenque, construidas por los mayas en Chiapas.

Ellos también construyeron Uxmal en Yucatán y Xpuhil en Chetumal, mientras los olmecas edificaron la Venta en Tabasco.

 

En esta imagen vemos unas reservas ecológicas. Los antiguos mayas edificaron  en la selva:  Bonampak y Palenque en Chiapas, Uxmal en Yucatán, Xpuhil en Chetumal. Los olmecas construyerpn la Venta en Tabasco

Cualquiera que sea la opción para salvar la selva, lo importante es hacerlo rápido, para que siga siendo el hogar de miles de plantas y animales. Precisamente sobre sobre estos últimos, te relataremos una historia.

Cuentan por ahí, que hace mucho tiempo el jaguar era el único rey de la selva.

Orgulloso de su condición, se sentía feliz al darles órdenes a todos los animales, que atemorizados lo obedecían. Así fue hasta que el grillo se cansó de cumplir sus mandatos. Entonces decidió retarlo a una pelea.

 

En esta imagen vemos un jaguar. Existe una leyenda mesoamericana que dice que el único rey de la selva era el jaguar.

Una mañana en que el jaguar dormía, el grillo aprovechó para meterse en su oreja. Allí zumbó con todas sus fuerzas y lastimó tanto el oído del jaguar, que éste se revolcó de dolor, hasta que el grillo salió volando hacia el suelo.

Al ver que el causante del daño era un pequeño insecto, el rey se enojó muchísimo. Pero el grillo se alejó de su alcance y tuvo el valor de retarlo a un combate, cada uno con su ejército. El vencedor sería el nuevo rey de la selva.

 

En esta imagen vemos al jaguar que estaba dormido pero un grillo se había metido a su oreja y zumbó muy fuerte, el jaguar saltó del dolor y de su oreja salió el grillo. Esto enojó mucho al jaguar.

El jaguar aceptó muerto de risa. Seguro de triunfar, llamó a su tropa. La cita era antes del anochecer, bajo una enorme ceiba. Allí esperaron el puerco espín, el tapir, el ocelote y muchos más aliados del rey.

El sol casi se ocultaba y el grillo no aparecía. El ejercito del jaguar se alegró ante una victoria tan fácil, cuando un fuerte zumbido llamó su atención. Eran el grillo y su ejército de insectos que se acercaban.

 

El grillo tuvo el valor de retar al jaguar a un combate, el jaguar muerto de risa aceptó. En esta imagen vemos al jaguar esperando al grillo con su ejercito.

Antes de que los soldados del jaguar reaccionaran, los insectos atacaron con rapidez.

Eran miles de ellos y todos luchaban con valentía. Las avispas clavaron sus aguijones en las pieles de los enemigos, mientras los mosquitos les zumbaban en los oídos. Incluso las mariposas ayudaron, revoloteándoles entre los ojos, mientras las hormigas los mordían con fuerza.

 

En esta imagen vemos al ejercito del jaguar luchando contra el ejercito de insectos del grillo.

Los insectos salían por todas partes. Llegaron a ser tantos, que los soldados del jaguar ni siquiera esperaron que su rey les ordenara retirarse. Huyeron corriendo para salvarse del enojo de sus pequeños rivales. El jaguar se quedó solo y derrotado, lamiéndose las heridas.

 

En esta imagen vemos al jaguar solo. Su ejercito ante el ataque de los insectos huyó dejándolo solo. Así dominaron los insectos, el ruido de estos se escucha por toda la selva, mientras que el jaguar se deja ver poco.

Después de su triunfo, el zumbido de los insectos se oye por todas partes. Así, el grillo y los insectos dominan el paisaje de la selva, mientras el jaguar se deja ver poco, pues prefiere no enfrentar otra vez a sus pequeños enemigos.

 

En esta imagen vemos al grillo entre la selva.

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