¿Cuáles has visto? ¿Las que andan por la tierra o las que se meten en el río o en el arroyo?
Todas esas tortugas tienen patas, como puedes ver en el dibujo.
También hay tortugas de mar, pero ellas en vez de patas tienen aletas para poder nadar.
En las siguientes páginas vamos a conocer a las tortugas de mar que viven en México.
¿Te gustaría saber cómo nacen, cómo crecen y de qué se alimentan?
¿Qué otras cosas quieres saber de estos animales?
Esperamos que lo puedas encontrar en este libro.
Las tortugas de mar nacen en la playa; bajo la arena rompen el cascarón del huevo, mueven su cabeza y se acomodan en el nido a esperar que se oculte el sol.
Entonces, por primera vez en su vida caminan por la arena y después corren hacia el mar.
Durante su camino hacia el mar, las tortugas recién nacidas corren algunos peligros: las gaviotas, los zopilotes, los perros, los cangrejos y muchos otros animales que andan por la costa se las comen. Eso pasa muy seguido, ya que ellas no tienen manera de defenderse y no pueden avanzar de prisa.
Claro que a veces se pierden de vista entre los montones de arena, detrás de pedazos de madera o entre las piedras.
Así, ellas se protegen un poco, pero no siempre se salvan.
Las que logran escapar se meten al mar y nadan ligero.
¿Qué te parece si las seguimos?
Con sus aletas, que le sirven para caminar y nadar, va dejando huellas en la arena.
Avanza ligero, como si se moviera al compás de una música muy animada. Lleva su concha sobre el lomo y al final de su cuerpo tiene su cola.
¡Ya entró al agua! y parece que va persiguiendo peces. Puede ser que los ande escogiendo para después comérselos.
En este dibujo parece que se cansó y que toma sol mientras descansa en el agua, como acostumbran hacerlo las tortugas.
Después nada entre otras tortugas pequeñas y grandes.
¡Míralas cómo juegan en el agua!
¿No se te antoja estar con ellas?
Una vez nos contaron que hay algunas tortugas de mar que comen caracoles, estrellas de mar y hasta pastos marinos. Y aunque no tienen dientes, muerden la comida con su pico, que es duro.
Las tortugas pequeñas crecen y crecen hasta volverse grandes.
Entre las tortugas, como entre todos los animales, hay machos y hembras.
¿Cuál de las dos tortugas grandes será macho?
Fíjate en cuál tiene la cola más grande y una uña en las aletas de adelante.
¿Ya la encontraste? ¡Ésa es la tortuga macho!
Cuando las tortugas ya son adultas, el macho se monta sobre la hembra y se quedan así mucho tiempo,como si estuvieran abrazándose. Entonces, del cuerpo del macho sale un líquido que se mete en el cuerpo de la tortuga.
Allí se comienzan a formar los huevos de los que van a nacer las tortuguitas.
En este dibujo, que es como una fotografía tomada dentro de la panza de la mamá tortuga, podemos ver los huevos.
Las tortugas de mar están casi todo el tiempo en el agua.
Las tortugas que van a ser mamás salen a la playa durante la noche. Algunas se sienten inseguras y avanzan con temor un trecho corto sobre la arena. Pero más tardan en salir del agua que en regresar al mar, que es donde están con más confianza.
Las tortugas más decididas avanzan por la arena de la playa hasta llegar a la cresta, que es como una lomita. La suben con mucho trabajo, y siguen hasta donde la arena está plana.
Como allí no llega el agua casi nunca, estas tortugas comienzan a hacer el nido. Primero apartan la arena con sus aletas para hacer una poza grande, luego cavan otro hoyo más pequeño y profundo dentro de la poza. Las tortugas dejan de cavar cuando sus aletas no rozan el fondo del hoyo que hicieron.
En ese momento empiezan a poner los huevos.
Cuando terminan de poner los huevos las tortugas tapan el hoyo. Luego borran todas las huellas del nido para que nadie pueda descubrir los huevos.
Así, cansadas después de tanto trabajo, regresan al mar para comer o para descansar.
Mientras tanto, la arena calienta los huevos durante muchos días, los días de muchas semanas.
Durante ese tiempo, algunos animales que llegan por allí, como los perros, los puercos o los cangrejos, remueven la arena buscando alimento. Cuando llegan a encontrar un nido de tortuga, se comen todos los huevos.
Pero el peligro principal para los nidos son los hueveros, gente que recolecta huevos de tortuga para venderlos después.
Las tortugas nacen de los huevos que quedaron protegidos por la arena y calientitos por el sol.
¿Recuerdas que rompen el cascarón, mueven tantito la cabeza, se acomodan y se esperan a que se oculte el sol? ¿Y que después caminan por la arena, corren y se meten al agua a nadar?
¿Te acuerdas de que las tortugas crecen y que a veces se la pasan en la playa y casi siempre en el mar? Aunque el mar es lo más seguro para ellas, también allí corren el peligro de que los peces grandes las atrapen y se las coman.
Como ves, la vida de las tortugas está llena de dificultades.
Dicen que la naturaleza es sabia. ¿Será por eso que las tortugas nacen con concha? Cuando son recién nacidas su concha es blanda, pero cubre su cuerpo y así las protege un poco.
Te preguntarás cómo se saben tantas cosas sobre la vida de las tortugas. Es porque a los pescadores, a la gente que vive cerca de la costa y a las personas que las estudian les es fácil observarlas cuando salen a la playa y construyen el nido. También pueden ver cómo caminan, cómo se enamoran. Pero hay cosas de las tortugas que no se saben porque es difícil seguirlas cuando están en el agua, mar adentro.
Aquí está el dibujo del mapa de México. Un mapa es como una fotografía tomada desde muy alto y muy lejos.
Pídele a tu maestro que te señale en este mapa dónde está, más o menos, el lugar donde vives.
En los mapas cada color significa algo; donde veas un color azul claro está el mar. Y donde veas dibujos de tortugas en la costa es porque en esos lugares ellas hacen sus nidos. Y para llegar ahí, muchas veces nadan recorriendo un largo camino en el mar.
En México hay diferentes clases de tortugas de mar. Las puedes ver en estos dibujos. Si vives cerca de la playa, a lo mejor conoces algunas de éstas.
Las tortugas que ves dibujadas aquí se llaman golfina, parlama o prieta, laúd, lora, caguama y carey.
La gente las llama a todas tortugas. Es más fácil así, ¿verdad?
De las tortugas se aprovecha la carne, el cuero y el aceite. Con este último se hacen cremas. De la concha se hacen harinas, que sirven de alimento para otros animales, y también hebillas, peinetas, aretes, anillos y muchos otros adornos.
Pero... si no se cuida a las tortugas, se acabarán. Nuestros abuelos ya lo sabían. Por eso se les oía decir: "quien no cría tres tortugas, no tiene derecho a comerse una" .
Muchas veces, en algunos lugares falta la comida y no hay otra opción que comer tortugas o huevos de tortuga. Pero esa gente busca el modo de cuidar los nidos, que es como decir que cuida su comida.
Para que no se acaben las tortugas, en algunos lugares de México se protege a las hembras, a los nidos y a las crías. Esto se hace al no permitir que la gente saque los huevos o ataque a las tortugas.
Así, cada tortuga pondrá muchos huevos y nacerán más.
Aunque ya sabemos que muy pocas podrán escapar a los peligros y crecerán para reproducirse, es decir, para tener más tortugas.
Los antiguos mexicanos estimaban mucho a las tortugas.
Les gustaba representarlas con dibujos o en piedras, en las que tallaban su figura. Ellos decían que la tortuga era como la dueña de la vida, como el padre del agua.
Y además, contaban una leyenda que dice poco más o menos así:
Una tortuga caminaba por ahí cuando, de pronto, aparecieron unos lobos hambrientos y se la comieron.
Acabaron de comérsela y sintieron sed. Entonces fueron a donde habían visto agua, pero no encontraron ya nada, ni una sola gota.
¿Por qué se habrá terminado el agua? se preguntaban los lobos . ¿Dónde la podremos encontrar?
Vamos a ver por allá, tal vez encontremos agua para beber dijo uno de ellos.
Y buscaron y buscaron, pero no encontraron nada de agua.
En eso andaban cuando vieron un águila que se estaba bañando allá arriba, en una peña. Con las alas se echaba agua en la espalda. Entonces los lobos le dijeron:
¡Oye, tenemos sed! Échanos un poquito de agua.
El águila se sacudió y entonces los lobos lamieron las gotas de agua que caían.
Por favor, échanos más agua. Tenemos mucha sed.
¡Ah! dijo el águila. Quieren tomar agua, pero se comieron a mi hermana tortuga, la dueña del agua. Si tienen sed, entonces tráiganla.
Pero no podemos traerla porque nos la comimos.
Sí pueden. Traten de sacarla de sus cuerpos. Vomiten todo lo que se comieron.
Después deberán remendarla, juntando todos sus pedazos. Si logran hacerlo, si la reparan y la dejan igual que como estaba antes, tendrán agua dijo el águila.
Bueno, está bien dijeron los lobos , lo intentaremos, porque la verdad ya no aguantamos la sed.
Y con trabajo, los lobos empezaron a echar para fuera lo que se habían comido. Luego recogieron todos los pedacitos de la concha y los remendaron.
Pero, ¿cómo vamos a ponerle las tripas? le preguntaron al águila.
Pueden trenzar cintas de trapo y ponérselas en la panza les contestó el águila.
Ya está. Ya compusimos a la tortuga. Y ahora, ¿qué hacemos para que aparezca el agua? preguntaron los lobos.
Ahora hagan un pozo donde quepa la tortuga, un pozo en forma de cántaro contestó el águila.
Los lobos escarbaron y escarbaron la tierra hasta hacer el pozo.
Y ahora, ¿qué más hacemos? volvieron a preguntarle al águila.
Metan ahí a la tortuga y digan así: "Sal agua blanca, sal agua blanca." Pero no vayan a tomar el agua cuando brote, aunque salga a chorros. Deberán esperar a que se forme un río les advirtió el águila.
Así lo hicieron y la tierra empezó a humedecerse poco a poco. Salió agua y más agua hasta que se formó un río.
De veras que la tortuga es como la dueña de nuestra vida, dueña del agua, como padre del agua. ¿Qué nos hubiera pasado si no la hubiéramos devuelto y remendado?
Sin agua, de seguro no hubiéramos vivido mucho tiempo.
Y cuenta la leyenda que por eso que hicieron los lobos, es que la tortuga tiene la concha remendada.
Leyenda tradicional mexicana
Versión de Esther Jacob