Como en tu tierra, muchos niños de Jalisco hacen su quehacer, estudian y juegan. Aquí tienes uno de los juegos que se saben.


Pájaro, vuelve a tu jaula


Para jugar, se juntan un número cualquiera de niños. Entre todos escogen a dos jugadores: uno la hará de "vendedor" y el otro de "comprador". Mientras el comprador espera, el vendedor les va poniendo nombre de pájaro a sus compañeros: cenzontle, gorrión, golondrina, tacuachero, torcacita, güilota, tarenga, pistamalero...

Cuando el vendedor haya puesto los nombres, el comprador se acerca como si tocara una puerta y comienza el diálogo:


Comprador:
Vendedor:


—¡Tan tan!
—¿Quién es?

 

—La vieja Inés.
—¿Quién toca?
—La vieja loca.
—Pase con sus gustos.
—Oiga, ¿no vio pasar un pajarito por acá?
—¿De qué estilo?
—Pistamalero.
—¿Cuánto?
—Diez.

 
   

Si el comprador no le atina a ningún nombre de los pájaros que hay en la fila, comienza otra vez el diálogo. Pero si le atina, se acaba la plática y empieza la corretiza. El comprador paga la cantidad que cuesta el "pájaro", golpeándole la palma de la mano al vendedor. El pájaro comprado se echa a correr. Cuando el comprador termina de pagar, empieza a corretearlo. Mientras trata de atraparlo, los demás niños gritan:

—¡Pájaro, vuelve a tu jaula!

Si el pájaro regresa sin ser atrapado, sus compañeros le gritan:

—¡Pájaro listo, pájaro listo!

Si lo atrapan, exclaman burlonamente:

—¡Pájaro menso!
¡Pájaro cursiento, no volvió!

Entonces, el comprador le pregunta al pájaro si prefiere oro o plata. Si responde oro, el comprador se lo lleva de a caballito, y si contesta plata, se lo lleva de la mano a algún lugar alejado de sus compañeros.

El juego se repite hasta que no le queden pájaros al vendedor. Cuando esto pasa, se cambian los papeles: el comprador la hace de vendedor y el vendedor de comprador.