La Vergüenza, La Lumbre y El Agua


Un día, La Lumbre, El Agua y La Vergüenza se encontraron. Como tenían tiempo de no verse, estuvieron platicando y convivieron por largo rato. Cuando ya se tenían que ir, comenzaron a despedirse:

—Ya me voy —dijo La Vergüenza.

—Pos yo también —agregó El Agua.

—Oigan —comentó La Vergüenza—, estuvimos platicando, conviviendo muy a gusto; sería bueno que nos volviéramos a reunir algún otro día... Tú, Lumbre, cuando te pierdes, ¿ónde te encontramos?

—Cuando yo me pierda, me encuentran frotando un eslabón y una piedra, de esas que nombran de lumbre. Estoy en las chispas que saltan.

—Y tú, Agua, cuando te pierdes, ¿ónde te hallamos?

—¿Yo? A mí me encuentran haciendo un hoyo hondo en la tierra. Allí me hallan a la segura, nomás que a veces estoy arribita y otras veces bien abajo.

Finalmente, La Lumbre y El Agua le preguntaron a La Vergüenza:

—Oye, Vergüenza, y cuando tú te pierdes, ¿ónde te encontramos?

La Vergüenza se rascó la cabeza y dijo:

—Pues va a estar difícil. Porque cuando me pierdo, ya no me encuentran.