El matrimonio del huitacoche y la araña


 

Tengan presente, señores,
lo que les voy a cantar:
el huitacoche y la araña
se iban a matrimoniar.

El coyote fue el padrino,
lo acompañó una chicharra

 

y una pobre chuparrosa
tocando una guitarra.

Salió el sapito a bailar,
con su sombrero de lado,
y la ranita decía:
"¡Ay, qué cuerpo de pelado!"

   

 

El sapo se emborrachó
y echó un grito de coraje:
"¡Mentiras, no amarga l'agua,
es por lo tierno del guaje!"

El sapo se fue a la leña
y trajo puras barañas
y la rana de coraje
le quemó hasta las pestañas.



Bonita canción, ¿no? Nos la cantó don Clemente Gómez, en El Mirador, municipio de San Miguel El Alto.

¿Qué se te ocurre hacer después de haberla leído? Nosotros te podríamos sugerir algunas actividades, pero no, porque tú debes tener ya muchas ideas sobre lo que puedes hacer con esta canción.