La Chona en 1920Yo me llamo Apolinar Castañeda Flores y soy de Encarnación de Díaz. Por aquí a esta ciudad le decimos La Chona. Cuando tenía unos 28 ó 30 años empecé a manejar el tranvía, que era un vagón jalado por mulitas. Primero fui tranvillero, ya después fui el gerente. Entonces mis hermanos eran los que manejaban y yo nomás los dirigía. Yo controlaba todo. Tenía coche, el pasaje y repartía el correo express y la carga. Yo mandaba, hasta la hacía de jefe de estación. Ahí me decía el jefe: "Pues tú ya estás en todo, sabes más que yo, ya eres el jefe, haz lo que quieras, tú mandas". También me acuerdo de mi carcacha, que fue el primer carro de aquí. Era modelo 1929 y me lo traje pa'cá en 1930. Los muchachos bribones, ya ve usted cómo son, hasta le componían versos. Más o menos decían así:
¡Barbaridad de chamacos! Cuando los agarraba, les gritaba: ¡Quítense, muchachos bribones! Ando batallando con mi carcacha y ustedes cantando.
En mis tiempos, las mujeres bordaban a mano, hacían camisas y toda la ropa, porque no había máquinas como ahora. Antes no había nada mecánico, ¿verdad? Mi madre nos hacía nuestros calzoncitos a mano y las camisas de manta gruesa, aunque la ocurrencia era la manta delgada, manta blanqueada. Ella nos hacía la ropa a mano, ¡y tantos que éramos!
Éstas son algunas de las experiencias y costumbres de su pueblo natal que nos contó don Apolinar. |