Doña Bernarda platica que antes los niños tenían mucho ingenio para jugar. Cuando era chica, hacía con sus amigos ruedas del tamaño de un corral. A veces, preferían sentarse en el piso a inventar juegos divertidos, como éste.

El gato

Los niños se colocan en círculo; uno de sus compañeros se queda en el centro para recitar estos versos, al mismo tiempo que señala a cada jugador:

Por aquí pasó,
por aquí dio vuelta
me aventó una carta
que cayó en la puerta.

 



El niño señalado al decir puerta, dirá muy rápido el siguiente trabalenguas:

Éste es el gato
que atrapó al ratón
que ruñó el cordón
de la llave de la puerta
de Chuchurumbel
al que no lo diga
se le pega un papel.

 

En caso de que lo diga bien, le toca pasar al centro y juegan de nuevo. Si se equivoca, se le da una piedra, hoja o algo que encuentren cerca. Pierde quien al final del juego tenga más piedras o lo que utilicen.