La imaginación de Doña Bernarda no descansa. En un ratito trae a su memoria
cuentos de aventuras en palacios lejanos, donde aparecen animales capaces
de hablar y ayudar a sus dueños. Si quieres saber más, te invitamos a leer
la historia de este joven y su caballo. |
El Caballero de la Pluma |
Había una vez un joven que vivía en un rancho pequeño. Aburrido de ver siempre las mismas cosas, un día le dijo a su padre: Papá, quiero ir a conocer el mundo. Está bien, hijo; pero llévate mi caballo. |
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Quiero tener al pájaro, debes traerlo ordenó el rey. El muchacho fue a decirle lo sucedido a su caballo, quien respondió: Alzaste la pluma sin avisarme, trabajos pasarás, pero de ellos saldrás. |
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Desde entonces, toda la gente del palacio le decía al joven Caballero de la Pluma. La reina estaba muy enojada, así que le dijo al rey: El Caballero de la Pluma presume de poder hallar el anillo de oro que perdí en el mar. El monarca le ordenó al muchacho recuperar el anillo, si no, lo mandaría matar. Muy preocupado, le platicó su problema al caballo, quien exclamó: Trabajos pasarás, pero de ellos saldrás. Iremos al mar por el anillo. |
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El rey creyó que era muy fácil hacer lo mismo que el muchacho. ¿Tú te atreverías a hacerlo? le preguntó la reina. Claro que sí respondió él. Mandó traer las pieles de varios caballos y se las puso encima antes de meterse en la olla de agua caliente. En menos de doce horas, sólo quedaban sus huesitos flotando. La gente que vivía en el reino se quedó tan admirada de la valentía del joven, que en vez de Caballero de la Pluma, se pusieron de acuerdo para nombrarlo rey, y así se convirtió en dueño del palacio. La reina se enojó muchísimo y prefirió irse de allí para no ver jamás al muchacho. |