A Doña Bernarda le dio mucha risa acordarse de los versos de un animal muy raro, a ver cómo te lo imaginas cuando los leas.

Los versos del piojito


Anoche me picó un piojo
y al amanecer lo encontré,
de tan pesado que estaba
de mi burro me acordé.

Para poderlo lazar
cuatro reatas reventé,
para poderlo matar,
cuatro cuchillos quebré;
cuatro matanceros traje
los mismos que ocupé.

Las narices del piojito
eran cosa de admirar,
desde lejos se veían
parecían hornos de cal.

 

Las tripitas del piojito
yo las hice longaniza,
a cuarenta pesos kilo
la pagaba doña Luisa.

La cabeza del piojito
yo la hice pozolito,
para darle de cenar
al pobre de mi viejito.

Ya con ésta me despido
y me voy poco a poquito,
aquí se acaban cantando
los versitos del piojito.