La raya sudaba grados para atinar con las indicaciones. ¡Muy bien! aplaudió el maestro. Ahora ya sabemos que puedes ser un verdadero triángulo. La raya se sintió satisfecha... por un tiempo; después de éste, decidió que ser triángulo no era suficiente. El triángulo le sugirió visitar al cuadrado. A este señor lo encontró
muy ocupado, pero después de leer la carta de presentación, aceptó ayudarla. ¿Ves que fácil es? Si estiras el ángulo de arriba y el de abajo, te puedes convertir en rombo. |
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La raya dócilmente seguía todas las instrucciones de su cuadrado maestro. Después de lograr su objetivo decidió: Te agradezco, cuadrado, todas tus explicaciones, pero ¿sabes?, a mí me gustaría ser círculo y no sé que hacer. No es tan difícil como piensas respondió el cuadrado. Después de haber sido ángulo, triángulo y cuadrado, eres más ágil y flexible. No creo que tengas problema. Tal vez si tu cabeza toca tus pies... Pero ¡no! ¿Qué digo? La ciencia es algo serio tosió. La raya se despidió con los ojitos brillantes. En su camino se topó con una naranja. Fue tan de repente, que la raya enmudeció por la emoción. Hola dijo la naranja. ¿Te sucede algo? La raya parpadeó al sentirse descubierta. (Si tu cabeza toca tus pies... recordaba). Gracias respondió la naranja con un airecito de flor de azahar. |
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¿Puedo hacer algo por ti? preguntó la naranja ruborizándose de anaranjado. No sé... no sé cómo decirlo Bueno la miró de reojo. ¿Me permites abrazarte? ¿Abrazarme? preguntó sorprendida la naranja.
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Sí respondió la raya zigzagueando por la emoción. Con tu abrazo yo podré tomar forma. El contacto contigo me permitirá ser lo que siempre he anhelado: ¡círculo! Sin ti seré únicamente una raya más, sin gracia, sin chiste. Vaya respondió la naranja me alegro mucho de poderte ser útil. La raya comenzó a alargarse hasta formar una media luna. "Si pudiera crecer un poco más", rezaba la raya. La naranja, quietecita, le echaba porras en silencio. "Si tu cabeza toca tus pies, pondrías el mundo al revés". La raya, transformada por el abrazo en círculo, se despidió agradecidísima de la naranja dando maromas. Ésta, emocionada, soltó una lágrima de jugo de naranja. Como círculo, descubrió la redondez del mundo, brincó de arriba abajo sintiéndose pelota, globo, sol, pompa de jabón, envolvió a un huevo y se convirtió en círculo ovalado, pero fue hasta que abrazó una estrella, cuando se dio cuenta de lo maravilloso que era ser raya. "Yo que me pensaba tan insignificante, tan plana, tengo todas las posibilidades
del universo: si lo deseo, puedo ser triángulo y participar en una orquesta,
puedo ser una caja, un sol o una estrella, puedo incluso jugar a ser
garabato o puedo ser tan larga como una carretera. Entre todas las formas
y bellezas, he descubierto que soy la más divertida, porque puedo convertirme
en lo que yo quiera". |
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Hay muchas maneras de hablar de las rayas y los puntos.
Fíjate que una vez unos niños y niñas cantaban algo que decía: Era una paloma, Y a ti, a tu manera, ¿qué se te antoja hacer, decir, dibujar? |