La luna es tuya
Mira la luna. La luna es tuya, nadie te la puede quitar. La has
atado con los besos de tu mano y con la alegre mirada de tu corazón. Sólo
es una gota de luz, una palabra hermosa. Luna es la distante, la soñada,
tan irreal como el cielo y como los puntos de las estrellas. La tienes
en las manos, hijo, y en tu sonrisa se extiende su luz como una mancha
de oro, como un beso derramado. Aceite de los ojos, su claridad se posa
como un ave. Descansa en las hojas, en el suelo, en tu mejilla, en las
paredes blancas y se acurruca al pie de los árboles como un fantasma fatigado.
Leche de luna, ungüento de luna tienen las cosas, y su rostro velado sonríe.
Te la regalo, como te regalo mi corazón y mis días. Te la regalo para
que la tires.
Jaime Sabines.
Y tú, ¿qué dirías de la luna?
Escríbelo de corrido o en verso, como te vaya saliendo.
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