Algunos lo llaman destrabalenguas
aunque en verdad puede ser todo lo contrario: trabalenguas.
Dilo despacito y después más rápido, más aprisa, a todo lo que des.
Cuando cuentes cuentos,
cuenta cuántos cuentas
cuenta porque,
cuando cuentas cuentos,
nunca cuentas
cuantos cuentos cuentas.
¿Qué te parece si preguntas en tu casa,
a tus vecinos o a tus amigos para que te digan otro trabalenguas...?
O si quieres, puedes inventar alguno, para jugar con él.