Al Sol lo andaban buscando. Una lagartija que era topil vino a dar
cuenta a la autoridad que, detrás de una piedra que no podía mover,
alumbraba mucho. Llevaron al pájaro carpintero y de un picotazo abrió
la piedra. Ahí estaba acurrucado el Sol y fueron todos los danzantes
a bailarle. El Sol dijo que iba a salir con la condición de que siempre
hubiera danzas como esa vez. El Sol salió y parece que le pusieron
como un vidrio en el corazón para que no quemara tanto. Así es ahora
el Sol. |