El venado y el cangrejo


Estaba un cangrejo metido en su cueva cuando pasó un venado. Y al pasar el venado, le gritó el cangrejo:

—¡Oye, amigo venado, qué bueno que te vi aquí! Ya hace muchos días que quería verte.

Entonces, dijo el venado:

—¿Por qué querías verme?

—Porque me dijeron que tú corres mucho y eres muy veloz.


—¿Y por eso querías verme? Pues, ahora aquí estoy para servirte —dijo el venado.

—Quiero que corramos ahora para ver quién corre más —propuso el cangrejo.

—Está bien —respondió el venado.

Entonces el cangrejo dijo:

—Vamos a salir de esta raya, hasta llegar a aquel cerro.

 

Se separaron para correr y cuando el venado iba a arrancar, el cangrejo se agarró de la cola del venado. Ya iban a la mitad del cerro, cuando el venado volteó para ver si el cangrejo se había quedado atrás.



 

Entonces se dijo a sí mismo en voz baja:

—¡Ya le gané al cangrejo la carrera!

Pero el venado no se fijó que el cangrejo iba colgado de la punta de su cola. Cuando el venado ya iba llegando a la punta del cerro, el cangrejo se bajó de la cola del venado y se adelantó corriendo. De esta manera, el cangrejo ganó la carrera al venado por confiado y distraído.

Cuento tradicional mexicano
Versión de Óscar Muñoz

 

¿Te acuerdas que al principio del cuento el cangrejo le dijo al venado: "¡Oye, amigo venado, qué bueno que te vi aquí! Ya hace muchos días que quería verte"?

¿No se te antoja escribirle una carta o un recado a un amigo que no hayas visto desde hace días?

Si decides escribirle una carta, tú mismo puedes hacerla de cartero y llevársela hasta su casa.