Presentación

 

os cuentos siempre han llamado la atención de los niños, algunos los escuchan sin parpadear, mientras otros juegan nerviosamente con sus dedos o se quedan dormidos soñando con lo que escucharon.

En muchos lugares los niños no tienen libros de cuentos que puedan leer, así que se quedan calladitos esperando que sus hermanos mayores, su mamá o su abuela se los cuenten. Esos niños aprenden los cuentos tan bien que luego se los platican a sus amigos, a su novia, a sus hijos, a sus nietos... porque esos niños, como tú, también van creciendo.

En un lugar llamado Bajío de San José, en la región de Los Altos del estado de Jalisco, vive alguien que una vez escuchó cuentos y ahora los cuenta a quien guste oírlo. Su nombre es Jesús Aguilera y aunque ya no es un niño sino un abuelo —tiene 87 años de edad—, cuenta los cuentos con el entusiasmo de un chiquillo.

Nosotros creemos que nadie deja de ser niño, aunque crezca, se case y su cara se llene de arrugas, adentro tiene cosas de niño; a lo mejor sólo los recuerdos de sus travesuras infantiles, pero eso es algo de niño ¿no?

Pues para que te lo sepas, Jesús Aguilera nos contó muchos cuentos y entre ellos: El negro encasquillado de oro. ¡Uy!, quedamos felices de la vida al oírlo. Fue como si estuviéramos en un cuarto, de pronto se abriera una ventana y ¡zas!, el paisaje hubiera cambiado. Y todo porque el cuento nos había transportado a un sitio maravilloso. Por eso nos gustan los cuentos, al escucharlos se sueña sin cerrar los ojos. ¡Qué bueno que a los niños les gusta oírlos y que a los viejos les encanta contarlos!

Ojalá y disfrutes este libro, tanto como lo disfrutamos quienes lo hicimos.