Ay qué abuela tan metiche
que al buscar en mi cajón se encontró con un ratón
el susto fue tremendo por el grito de la abuela
la abuela y el ratón en un gran lío se metieron
el ratón chilló y brincó en el bulto de la ropa
extrañados se miraron como dos enloquecidos
corre y corre a toda prisa resbalaron por el piso
el golpe fue tan fuerte que todo se movió
y la casa retumbó del trancazo de los dos
se pararon aturdidos como trompos sin control
sus ojos bien abiertos descubrieron su temor
a la abuela y al ratón la cara se les puso de cartón
el pelo se les esponjó como dulce de algodón
sus dientes rechinaron al ritmo de acordeón
de puntitas cada uno se reía por su lado
ay qué par de sinvergüenzas me engañaron otra vez.