En Chiquilistlán, Jalisco, hay un cerro que se conoce con el nombre de Chiquilichi, del cual la gente del lugar cuenta muchas historias.

Los antiguos pobladores del Chiquilichi

Arriba, en el cerro del Chiquilichi, hay un llanito parejo y donde quiera que escarbaban sacaban tepalcatitos de los antiguos, pedazos de ollas de barro, figuritas, molcajetes, vasijas. Es más, un muchacho anduvo más de dos años escarbando para sacar figuritas. Según ese joven, allí había un pueblito de indios, de los antiguos, y desde entonces al cerro le dicen el Chiquilichi. También contaba que los indios dejaron enterradas alhajas y todo lo que tenían de más valor y pusieron una señal para cuando volvieran. Pero nadie ha podido dar con el tesoro.

También dicen que en el llano hay un panteón de gigantes. Algunas personas han encontrado unos huesotes y ollas con muchos juguetes.

Todo empezó cuando un niño fue una vez al parejo y encontró una alacenita. Luego se puso a escarbar y sacó un hueso grandísimo, que sería de una canilla. Ese mismo muchacho sacó un collar con tecatitas de conchitas y caracolitos, que sonaban rebonito.

Según dicen, después que los antiguos se fueron del Chiquilichi, vino gente de otro lugar a vivir aquí mero, en lo que ahora es Chiquilistlán. Como aquí había muchos árboles de ocote, empezaron a tumbarlos para fundar el pueblo.