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Antes, cuando la gente creía en espantos, había una muchacha
en el pueblo, hermana del que tiene la tienda en la esquina de la
plaza, a la que se le ocurrió una maldad.
Una noche, por ahí de las doce, salió a la calle arrastrando una
cadena. Como tenía un pecho bueno para gritar, echaba cada alarido
que todos creyeron que era La Llorona. Pero era puro cuento ...
una travesura. |