Presentación

Casi se podría decir que hasta por su geografía el Sur de Jalisco se distingue de otras regiones. En ella encontramos impresionantes serranías que encierran tierras bajas y planas. En los valles, además, se extienden lagunas que parecen brillantes manteles de agua. Por cierto, al lado de dos de esas lagunas, se hallan las poblaciones más importantes de la región: Zapotlán (hoy Ciudad Guzmán) y Sayula.

Las tierras del Sur de Jalisco fueron las primeras de ese estado en las que el hombre se estableció. En tiempos muy antiguos por ahí pasaron los cazadores de enormes animales prehistóricos. Más tarde se fundaron poblaciones indígenas dedicadas principalmente a la agricultura.

Cuando llegaron los españoles, el Sur de Jalisco se convirtió en la Provincia de Ávalos. Con ellos llegó también la minería, la ganadería y el cultivo de la caña de azúcar. Sus minas de oro, plata y cobre fueron famosas. Algunos viejos aún recuerdan las "bolas de plata" que los fundidores hacían con simples instrumentos de cocina. Además, el camino real de Colima pasaba por ahí, y en él la gente y las mercancías iban y venían.

Muchas cosas han cambiado con el tiempo, pero la gente del Sur de Jalisco aún conserva sus tradiciones. En su mayor parte, la población de esta zona es mestiza. Sus costumbres y su forma de vida son una mezcla de la cultura indígena y la cultura española. Siempre ha sido gente trabajadora dedicada a fabricar jabones de gran calidad, dulces y oscuros piloncillos, quesos frescos, crema espesa y finos rebozos de colores.

En las plazas y en las calles, los niños juegan de la misma manera que lo hacían sus padres y sus abuelos. Rondas y juegos de palmadas se ven aquí y allá. Se oyen los gritos y las risas y las carreras de la chiquillería.

En las tardes y en las noches, la fantasía se pasea a sus anchas en boca de algún cuentero. Grandes y chicos lo rodean, pendientes de lo que va a contar, de las anécdotas, historias y leyendas que guarda en su memoria, de los cuentos que han nacido de esos valles y serranías o que han llegado de otras tierras para convertirse en algo propio de la región.

En las historias que se cuentan en el Sur de Jalisco abundan los duendes, aunque no faltan encantados y aparecidos, y hasta santos patrones y personajes históricos que hacen de las suyas. También se tejen historias y leyendas que envuelven de magia a ciertos sitios, como podrás ver en este libro cuando leas lo que algunas personas han imaginado respecto al cerro del Chiquilichi.

Una cosa que no podía faltar, porque en nuestro país tenemos muchísimas, son las coplas. Así como todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, todo puede entrar en el espacio que hay en las cuatro líneas de una copla. Por eso aquí las hay de amor, de broma, de desamor.

En fin, por el camino de letras y palabras que ahora tienes en las manos llegarás a algunos rincones del Sur de Jalisco. Ojalá te agraden.