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Había un doctor, muy joven él, que estaba aquí asistiendo. Cada tiempo iba a ver a su novia a Cihuatlán y yo lo acompañaba. No lo dejaba ir solo, yo iba donde él iba. Una de las veces que íbamos a ver a su novia, al subir a Sayula, por Amacueca más o menos, un tigrillo chiquito atravesó el camino. Así, tras, tras, atravesaba de un lado a otro. Y le dije al doctor: No, hombre me contestó. ¿Qué te ha hecho el pobre animalito...? El animal se sentó a un lado de la vereda y se quedó viéndonos pasar. Dicen que mucha gente lo ha vuelto a mirar. Pero fíjese, ¿a quién no le ha de dar miedo si comienza a grijar como los gatos? Estos son los recuerdos que don Francisco Rodríguez, don Chico, tiene sobre animales de su región. Nos lo platicó una tarde allá en su pueblo, Tapalpa.
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