Hilitos de oro
(diálogo e hilera)


Los niños forman una hilera tomados de las manos. Quien esté en el centro de la hilera será la madre. Otro niño, que será el enviado del rey, se coloca frente a ellos.

Los niños de la hilera inician el diálogo, cantando y avanzando mientras lo hacen. El enviado contesta y hace retroceder a la fila. Este mecanismo se sigue durante todo el diálogo.


—Hilitos, hilitos de oro
que se me vienen quebrando.
—Que dice la reina al rey
que cuántas hijas tendréis.
—Que tenga las que tuviera,
que nada le importa al rey.
—Yo me voy enojado
a darle la queja al rey.
—Vuelva, vuelva, caballero,
no sea tan descortés,
que de las hijas que yo tengo
escoja la más mujer.
—Yo no escojo por bonita,
ni tampoco por mujer,
lo que escojo es una rosa
acabada de nacer.







El enviado del rey escoge a un niño y la madre le hace las siguientes recomendaciones:


No me la siente en el suelo,
siéntemela en un costal
porque es nieta de don Pascual.

No me la siente en el suelo,
siéntemela en una aguja
porque es hija de la bruja.

No me la siente en el suelo,
siéntemela en un plato de arroz
porque es hija del niño dios.

No me la siente en el suelo,
siéntemela en una loma
porque es hija de la paloma.

No me la siente en el suelo,
siéntemela en un maguey
porque es hija de don Mey.

No me la siente en el suelo,
siéntemela en un petate
porque es hija del pinacate.


Se repite el juego hasta que la madre se quede sin hijos.