El campesino y el comerciante
(mímica y diálogo)


Se forman dos o tres filas de niños que levantan las manos, moviéndolas como si aplaudieran, pero en silencio, para simular una milpa de maíz mecida por el viento. Un niño la hace de campesino y anda entre los surcos revisando su maíz.

Entonces llega otro niño, que es el comerciante, y pregunta al campesino:

—Señor campesino, le vengo a comprar su maíz (cantando).
—No lo vendo (cantando).
—¿Por qué? (cantando).
—Porque se me volvió vaca (hablando).

Los niños de la milpa imitarán a las vacas, mugiendo y moviéndose en desorden.

El comerciante se va y regresa diciendo:

—Señor campesino, le vengo a comprar sus vacas.
—No las vendo.
—¿Por qué?
—Porque se me volvieron cochinos.

Ahora, todos los niños imitan a los cochinos. El comerciante se va de nuevo, pero regresa:

—Señor campesino, le vengo a comprar sus cochinos.
—No los vendo.
—¿Por qué?
—Porque se me volvieron perros.

Los niños imitan ahora a los perros y salen tras el comerciante ladrando y haciendo como que lo muerden.

Pueden repetir el juego escogiendo a otro niño para que sea el comerciante.